Las plantas decorativas más exóticas

José Ruiz tiene un laboratorio para crear combinaciones decorativas con la naturaleza y donde instala plantas en soportes, pues busca nuevas plantas que capten su atención por su belleza y exotismo.

El emprendedor José Ruiz crea exóticas combinaciones de plantas para elaborar decoraciones únicas /Pixabay
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Después de haber ejercido como fotógrafo, diseñador gráfico y director de arte editorial, el emprendedor José M\u00aa Ruíz Fernández se echó la manta a la cabeza y decidió dedicarse a la afición que durante tanto tiempo le había fascinado.

Así, hace cuatro años abrió su tienda, desde cuyo escaparate es difícil para el viandante evitar parar para mirar la pequeña selva exótica que rodea a su dueño situado tras el mostrador, quien explica a EFE, con ancha sonrisa, cómo elabora estos imaginativos conjuntos naturales.

En la trastienda, José M\u00aa tiene su pequeño laboratorio para crear combinaciones decorativas con la naturaleza y donde instala plantas en soportes, a veces, con equilibrios inauditos, y con constante tenacidad busca nuevas plantas que capten su atención por su belleza y exotismo.

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"KOKEDAMAS", BOLAS DE MUSGO DONDE ALIMENTAR PLANTAS

Las ‘kokedamas’ son soportes realizados por Ruíz para mantener una planta, y es lo que más atrae al público. “La ‘kokedama’ está realizada mediante una técnica japonesa que procede del mismo método utilizado para crear un bonsái.

"’Kokedama significa literalmente bola de musgo porque, la finalidad es que esta bola sirva para hacer de contenedor del musgo que contiene un sustrato, donde se instala la planta”, comenta Ruíz. “A las ‘kokedamas’ les pongo ‘akadama’ que es un sustrato que también se usa en la mayoría de los bonsáis”.

 

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“Kokedama” con una planta esparraguera, originaria de África del Sur /EFE

 

“Se trata de una piedra volcánica procedente de Japón que retiene 20 veces su peso en agua; para su drenaje vale cualquier piedrecilla, si es canto rodado mejor y, finalmente, se le pone una fina capa de carbón, aconsejable que sea carbón activado, que lo que hace es purificar el agua que se filtra, porque si no, el hábitat se te pudriría. Ese es el secretito”, cuenta el experto.

Y de entre las plantas que incorpora a la kokedama, “la que más vendo con diferencia y, para mí, la más bonita es la ‘esparraguera plumosa’, aunque también suelo incorporar otras plantas, casi todas de interior y de crecimiento lento, para que se mantengan, porque si no podrían llegar a salirse las raíces de la bola”.

” Lo que hago cada dos o tres años es, como el musgo se deteriora y salen por él las raíces, perforo un agujero por donde sale la tierra, se hace una bola nueva y se repone el musgo, así las restauro para mantenerlas otros dos o tres años”, indica José M\u00aa.

 

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” Kokedama” con una planta “Anturio”, procedente de las selvas colombianas /EFE

 

“Si no se quiere traer a la tienda la kokedama para que yo la repare, otra opción es meter la bola y la planta, ya que la bola es orgánica, en una maceta y cubrirla de tierra”, asegura. Según el jardinero, los cuidados que requiere la planta son más o menos exactamente los mismos que requieren el resto de plantas, “la gran diferencia es la manera de regarla, que es por inmersión. Se sumerge la bola entera en agua donde echa burbujas y, cuando terminan de salir las burbujas, se las dejas escurrir un minuto y ya no suelta ni gota de agua”.

JARDINES EN EL INTERIOR DE UNA BOTELLA

Otra de las técnicas que José M\u00aa Ruiz emplea es la de crear jardines dentro de una botella o tarro de vidrio. Esta forma de hacer crecer un pequeño bosque en el interior de una botella procede del siglo XVII. Lo descubrió un naturalista inglés que viajaba en las expediciones en barco que se realizaban, entonces, con dirección a América, en donde recogía muestras de plantas que crecían en ese continente, según informa.

El naturalista introducía las plantas en tarros de vidrio cerrados porque en aquella época las travesías eran muy largas y el agua escaseaba incluso para la tripulación, así que “como para echársela a las plantas”, asegura.

 

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Terrario realizado en recipiente de vidrio por José Ruíz /EFE

 

“De esta forma, el naturalista descubrió que funcionaban bastante bien metidas en tarros porque, al respirar las plantas, expulsan dióxido de carbono y vapor de agua que se condensa en el cristal y, al resbalar por sus paredes, las gotas de agua que se forman vuelven a la tierra, con lo cual se va realizando el ciclo natural sin intervención humana ninguna”, argumenta Ruíz.

"Las plantas que mejor responden a este sistema son las ‘fitonias’, los helechos, hiedras o el musgo, que se conservan en una temperatura constante". En cuanto a la ubicación, la más óptima para casi todas las plantas, en general, es una zona que tenga buena luz.

Hay algunas que admiten sol, otras no tanto. Los hábitats en sitios cerrados requieren plantas que les gusten mucho la humedad y que funcionen muy bien en ese ambiente, “pero, por ejemplo, si metemos un cactus en un ambiente cerrado y húmedo se nos va a morir enseguida. En estos ambientes húmedos hay que ubicar plantas como los ‘ficus’ o ‘fitonias’, donde funcionan bastante bien”, señala Ruíz.

LA RICA Y VARIADA VEGETACIÓN DE LA ZONA TROPICAL DEL PLANETA

“Hasta hace poco, – dice José M\u00aa- contaba entre las extrañas plantas algunas ‘cecropias’, una planta maorí (etnia de Nueva Zelanda) que es un arbusto al que llaman la ‘planta de alambre’ y que está muy cotizada en interiorismo, o la última que he descubierto, la ‘sansevieria’, llamada también ‘lengua de vaca’ o ‘aleta de tiburón’, que produce sólo una hoja de alrededor de un metro de longitud”.

 

Medusas Tillandsia Usneoides, colgando de erizos de mar “Alfonso” para colocar en los techos /EFE

 

Casi todas las plantas que vemos proceden de climas tropicales, bien de América, Sudamérica, de Sudáfrica o de Asia, es decir, toda la franja que abarca la zona tropical del planeta. “Yo las conozco a través de los viveros que siempre traen alguna curiosidad y donde hace poco descubrí una planta llamada ‘mikado’, que son unas ramitas altas, coronadas por unas bolitas de color dorado, que parecen pequeños pendientes de oro, y que procede de zonas pantanosas de Brasil. Son realmente curiosas y parece mentira que sean de verdad”, mantiene Ruíz.

José M\u00aa Ruíz ha emprendido este delicado trabajo sin la ayuda de nadie y sus esfuerzos por aprender han estado centrados en la búsqueda de información a través de internet y las redes sociales, donde asegura que, con paciencia, "puedes encontrar cómo solucionar cualquier técnica, y no es complicado".

LA LABOR APASIONADA DE UN JARDINERO

“Todo lo que he aprendido ha sido de una manera altruista, buscándome la vida e investigando. Me ha costado años averiguar cómo se realizaba alguna técnica y, a base de comprobar, al final das con la solución. Pero, la verdad es que a veces no resulta sencillo y, al principio, siempre tienes algún fracaso, aunque si eres tenaz encuentras soluciones a todo”, reconoce José M\u00aa. Ruíz asegura que todas estas plantas resultan muy atractivas para la decoración y es normal que, cada vez, en más restaurantes o tiendas de moda sea más frecuente verlas, llamen la atención a la gente y se interese por ellas.

 

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Planta denominada Pachira Acuática (procedente de Sudámerica y América Central), insertada en una kokedama o “bola de musgo” /EFE

 

Es una forma para que, poco a poco, se vayan descubriendo y conociendo. José M\u00aa Ruiz expresa la satisfacción y la pasión que siente por su trabajo: “La jardinería es un mundo increíble en el que no dejas de sorprenderte, porque cada día descubres plantas diferentes y muy extrañas”.

“Por muchos años que llevo en el oficio, siempre hay alguna planta curiosa o extraña. Es un mundo apasionante e infinito, porque en cada continente y en cada sitio, siempre estás descubriendo plantas nuevas. La verdad es que de esta forma comprobamos que la naturaleza es increíble”, concluye José M\u00aa Ruiz Fernández.