La mayor cantidad de ondas gravitacionales registró un récord desde que se observó por primera vez en el 2015, pero ¿de qué se tratan y cuál es su relación con los agujeros negros?
Resulta que es un fenómeno que predijo alguna vez el físico alemán, Albert Einstein, sin embargo, puede ayudar a resolver algunos de los enigmas más complejos del Universo, indica la BBC News.
Y es que, un grupo de científicos de los observatorios LIGO, en Estados Unidos; Virgo, en Italia y KAGRA en Japón, aseguraron haber detectado el mayor número de este tipo de ondas.
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¿Qué son las ondas gravitacionales?
Científicamente llamadas como ondas gravitatorias, son aquellas invisibles, pero rápidas, que se producen en el espacio tiempo.
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, mejor conocida como NASA, estas se desplazan a la velocidad de la luz.
Cabe mencionar que son 106 mil millas o 300 mil kilómetros segundos ¿Te imaginas viajar a esa velocidad?
No obstante, se contraen y estiran cualquier cuerpo que encuentran durante su trayectoria.
¿Cómo se forman?
En la realización de muchas teorías sobre la gravedad y el espacio, Albert Einstein predijo que algo "especial" ocurre cuando dos cuerpos celestes orbitan entre sí.
Fue así que consideró que ese tipo de movimientos podría causar ondulaciones en el Universo y se extenderían como las que se producen en un estanque al lanzar una piedra.
A ese tipo de ondulaciones, los científicos les llaman gravitatorias, de las cuales, las más potentes se originan cuando los objetos se mueven demasiado rápido.
La explosión asimétrica de una estrella, que se conoce como supernova, puede crearlas, así como dos estrellas grandes o agujeros negros que orbitan entre sí y se fusionan.
El nuevo hallazgo de los científicos resulta importante para comprender también algunos componentes fundamentales de la materia y cómo funciona el espacio tiempo.
Pues, la NASA destaca que las ondas gravitacionales, provenientes de agujeros negros, entre otras cosas, están muy lejos, por lo que al llegar a la Tierra son muy débiles, lo que complica su detección.