Investigadores del IPN prueban alternativas de tratamientos para diabetes 

La diabetes es considerada como la primera causa de muerte en México.

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Anticiparse y prevenir con un tratamiento “a la medida” las complicaciones ocasionadas por la diabetes, considerada como la primera causa de muerte en México, es el objetivo de una investigación que llevan a cabo especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
 
Dicho protocolo consiste en la combinación de hipoglucemiantes orales, así como en la mezcla de insulinas, tratamientos intensivos mediante los cuales es posible tener un mejor control de los niveles de glucosa en la sangre y postergar las afectaciones propias de este padecimiento crónico degenerativo, explicó la investigadora de la Escuela Superior de Medicina (ESM), Mónica Griselda Arellano Mendoza.

La experta detalló que es conveniente prescribir estos medicamentos desde que una persona es diagnosticada con diabetes y no esperarse una década a que la enfermedad evolucione para entonces comenzar a cuidar del paciente.

“Y terapia intensiva yo la puedo conseguir con combinaciones de hipoglucemiantes orales, o puedo conseguirla con insulinización temprana o puedo conseguirla con insulina más hipoglucemiantes orales, pero la cosa es hacer un tratamiento intensivo desde el inicio, el traje a la medida”, comentó.

Agregó que la dosis farmacológica suministrada al diabético puede ser reducida si llevan a cabo el tratamiento con apego y adoptan buenos hábitos alimenticios, actividad física, así como si no fuman ni beben alcohol.

La especialista y su equipo de trabajo, conformado por el investigador de la ESM Feliciano Tamay Cach, la estudiante de doctorado Maritza Martínez Venegas y la maestra en ciencias en farmacología Stephanie Talía Méndez Morales, evalúan los efectos sobre tres vías: el estrés oxidativo, el daño endotelial y la inflamación.

Por ahora, los politécnicos realizan este trabajo en colaboración con el Hospital Central Norte de Petróleos Mexicanos, en donde prueban la terapia intensiva en pacientes diagnosticados hace cinco años o menos, porque en ocasiones la detección se da tiempo después.