TELÉFONO CELULAR

¿Cuál es el origen de hablar por teléfono?

En 1935 el 5% de los hogares ya contaba con un aparato y con un número telefónico. Y es precisamente en ese año, cuando Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri Cri, compuso su simpática canción “El teléfono”.

¿Cuál es el origen de hablar por teléfono?
¿Cuál es el origen de hablar por teléfono?Créditos: MVS Noticias
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Seguramente estarás de acuerdo conmigo en que hablar por teléfono tiene algo de mágico. Aunque podamos entender los mecanismos tecnológicos que hacen funcionar a esos aparatos, no deja de ser prodigioso escuchar de cerca la voz de alguien que está del otro lado del mundo.

Poder preguntar, oír la respuesta, platicar y compartir emociones a través de nuestra voz. La cotidianidad de este prodigio, la debemos a varios inventores que, en el siglo XIX, indagaron en las posibilidades de la comunicación a distancia.

Fue, finalmente, Alejandro Graham Bell, escocés que había emigrado a los Estados Unidos, quien patentó el teléfono en 1876. El uso de este artefacto se generalizó de manera muy paulatina a través de un servicio que se manejaba por medio de suscripciones.

Nuestro país no tardó mucho en conocer el nuevo invento. La primera llamada telefónica de México se hizo en 1878, de la gendarmería de Tlalpan al centro de la capital.

En 1888 se publicó nuestro primer directorio, cuando la Compañía Telefónica Mexicana contaba con apenas 800 suscriptores.

Es realmente hasta la década de 1930 cuando el uso del teléfono empezó a generalizarse en las ciudades más importantes del país.  

En 1935 el 5% de los hogares ya contaba con un aparato y con un número telefónico. Y es precisamente en ese año, cuando Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri Cri, compuso su simpática canción “El teléfono”.

Los quebraderos de cabeza de Doña Zorra, protagonista de la canción, seguramente reflejaban el hartazgo de muchas amas de casa que debían contestar llamadas equivocadas que las distraían de sus labores cotidianas. Y te comparto un dato curioso: Por aquellos años, el servicio era aún deficiente y las operadoras hacían frecuentes llamadas de prueba.

El usuario debía contestar “bueno” si el sonido era correcto y “malo” si no lo era. De ahí viene la manera tan peculiar que tenemos en México de contestar el teléfono diciendo: “Bueno”.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces. Los viejos aparatos que se marcaban por medio de un disco se han convertido en antigüedades. Los teléfonos fijos de las casas se usan cada vez menos y todos cargamos un aparato telefónico en la bolsa o en el bolsillo.

Sin embargo, en la actualidad, los servicios de las aplicaciones de mensajes han sustituido la comunicación directa a través de la voz humana.

“¿Te puedo marcar?”, decimos ahora antes de realizar una llamada telefónica. Y lo decimos como con pena, como tratando de no irrumpir en el terreno privado de las personas.

Esto se justifica cuando se trata de mensajes de trabajo o de negocios, pero no toda la comunicación se limita a eso. Durante el confinamiento por la pandemia se puso en evidencia la importancia de escuchar la voz de los amigos y de los familiares para sentirnos seguros y mantener el buen humor. Hablar por teléfono nos hacía mucho más felices que recibir mensajes.

Esto fue especialmente importante para el apoyo de las personas mayores a quienes las llamadas les ayudaron a disminuir el estrés y a generar sentimientos positivos.

Vale la pena mantener la costumbre y continuarla. Nunca olvides que nuestra voz es parte nosotros mismos, nos refleja y nos acerca con los demás.

Demos al teléfono la oportunidad de seguir cumpliendo el prodigio de acercar nuestras voces y nuestros oídos.