En México, es común escuchar la frase "échate un bolillo pa'l el susto" cuando alguien pasa por una situación estresante o aterradora.
Este consejo, profundamente arraigado en la cultura popular, sugiere que comer un bolillo (un tipo de pan típico) ayuda a calmar los nervios. Pero, ¿qué tan cierto es este remedio? ¿Tiene algún fundamento científico o se trata solo de una tradición sin base médica?
El origen de la creencia
El bolillo ha sido parte de la gastronomía mexicana por siglos, y su relación con el alivio de un susto parece estar vinculada a la tradición oral y la medicina popular.
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Esta recomendación se basa en la idea de que el pan puede tener un efecto tranquilizador al proporcionar una sensación de saciedad y estabilidad física, contrarrestando los síntomas que acompañan a un episodio de miedo o ansiedad, como el malestar estomacal.
¿Qué dice la ciencia?
Desde el punto de vista médico, el susto o una situación de miedo repentino puede activar una respuesta de "lucha o huida", liberando adrenalina y elevando el ritmo cardíaco. Esta reacción puede causar una sensación de vacío en el estómago o incluso náuseas, síntomas que muchas personas intentan mitigar comiendo algo que les resulte familiar, como un bolillo.
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Aunque no existen estudios científicos que confirmen que comer un bolillo sea un tratamiento efectivo para el susto, algunos expertos en psicología y nutrición sugieren que los carbohidratos presentes en el pan podrían ayudar a calmar los nervios de manera indirecta.
Los carbohidratos promueven la liberación de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y puede inducir una sensación de calma.
Muchos médicos coinciden en que el "bolillo pa'l el susto" podría tener un efecto placebo, es decir, que su eficacia radica en la creencia de la persona de que le hará sentir mejor.
¿Deberías comer un bolillo si te asustas?
Si bien no hay evidencia concluyente de que un bolillo tenga propiedades específicas para calmar el susto, no hay daño en consumirlo, siempre que se haga con moderación. La clave está en que cada individuo encuentre lo que mejor le funcione para tranquilizarse en momentos de estrés.