ANIMALES

Identifica cómo un juego entre perros se puede volver ataque

Para la mayoría de los que considera a su 'lomito' como parte de la familia, es muy importante identificar cuándo puede estar en peligro.

Imagen ilustrativa de perros / Pixabay
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Si tienes a un cachorro en casa y forma parte de tu familia, seguramente lo sacas a pasear seguido y parte de lo que más disfrutas es verlo correr y jugar con otros ‘lomitos’.

Pero, es importante saber que a veces un juego entre perritos, se puede volver un ataque, pues en ocasiones se tocan partes sensibles o nuestro can simplemente no está de humor.

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Perros del mismo tamaño

Si sales a menudo a parques o áreas de perro en dónde por lo general los dejan libres, debes estar ‘tranquilo’, ya que la mayoría de ellos suelen ser sociables y juguetones.

Pero, toma en cuenta que hay muchas razas de perros distintas, por lo que una mordida, aunque sea de juego, podría lastimar a tu “perrihijo”, si este es de talla chica y con el que juega es grande.

Perros jugando / Pixabay

Juego en secuencia

Cuando un juego entre animales es sano, se dará de forma consecutiva, o sea, el que tu can persiga a otro sin parar y viceversa. Durante el acto, ambos pueden mover su cola de alegría y gusto.

Cambio de roles

Cuando dos perros aparentemente luchan, mientras juegan, no te asustes, mientras alternen posiciones, es decir, uno se coloque encima del otro y su contrincante se tira al suelo, pero sigue moviendo la cola, es muy normal.

Perros jugando / Pixabay

¿Qué hacer si atacan a mi perro?

Y si a pesar de los tips anteriores, un perro ataca al tuyo o vez que lo muerde y no lo suelta, lo primero que debes hacer es ¡tranquilizarte! Luego reaccionar rápido.

De acuerdo con expertos, no debes gritar, golpear al otro perro, cargar al tuyo, ni levantar las patas del otro, ya que esto solo puede hacer que lo lastimen más.

Lo correcto es, tomar un objeto para intentar distraerlo, pedirle a su dueño, si está, que intervenga o vendarle los ojos.

En el peor de los casos, toma un objeto como lazo, cinturón o cuerda, rodea el cuello del atacante y presiónalo, como si fueras ahorcarlo, eso hará que suelte lo que muerda.