PABLO NERUDA

Pablo Neruda, poemas más famosos del poeta chileno

Un día como hoy pero de 1904 nace uno de los poetas más grandes de la literatura latinoamericana y mundial.

Pablo Neruda, poeta chileno, nacido un 12 de julio de 1904.
Pablo Neruda, poeta chileno, nacido un 12 de julio de 1904.Créditos: Foto: Especial
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El nombre de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto quizá no te diga nada, pero si nombramos su pseudónimo de Pablo Neruda, nos lleva a recordar algunos de sus mejores poemas y a él como uno de los más grandes poetas de nuestro tiempo.

Neruda fue considerado como uno de los más famosos e influyentes artistas de su siglo, quien tenía un talento poético indudable y por ello recibió reconocimientos como el Premio Nobel de Literatura o un doctorado honoris causa por la Universidad de Oxford.

El estilo literario de Pablo Neruda, quien nació un 12 de julio de 1904 y murió el 23 de septiembre de 1973, era inconfundible, se centraba en todos los sentidos y mediante esto intentaba describir los sentidos.

Pablo Neruda escribió abundantemente sobre el amor y sobre este tema te dejamos los mejores poemas de este genio de la literatura.

Fue justamente un libro amoroso Veinte poemas de amor y una canción desesperada, el que le daría a Pablo Neruda notoriedad internacional.

Cuántas veces, amor, te amé... (soneto XXII)

En este poema, el amor se presenta como un anhelo profundo, como un horizonte que hace caminar al alma en busca de algún manantial perdido. También el amor parece un recuerdo, una evocación, una nostalgia. Es el enamorado del Amor quien escribe:

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

No te quiero sino porque te quiero (soneto LXVI)

No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.

Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Si alguna vez tu pecho se detiene (soneto XCIII)

Si alguna vez tu pecho se detiene,
si algo deja de andar ardiendo por tus venas,
si tu voz en tu boca se va sin ser palabra,
si tus manos se olvidan de volar y se duermen,

Matilde, amor, deja tus labios entreabiertos
porque ese último beso debe durar conmigo,
debe quedar inmóvil para siempre en tu boca
para que así también me acompañe en mi muerte.

Me moriré besando tu loca boca fría,
abrazando el racimo perdido de tu cuerpo,
y buscando la luz de tus ojos cerrados.

Y así cuando la tierra reciba nuestro abrazo
iremos confundidos en una sola muerte
a vivir para siempre la eternidad de un beso.

Me gusta cuando callas... (poema XV)

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Una de las mejores maneras de celebrar el natalicio de Pablo Neruda es leyendo sus poemas y si de verdad eres un enamorado, los puedes recitar.