El riesgo de perder el año académico por el coronavirus

Ansiedad, anhelo, desesperación, reflexión, esfuerzo… los sentimientos que genera el “encierro” en decenas personas, esta es la historia de Raúl.

Foto: Ilustrativa / Reuters
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Por: Berenice Aburto Montalvo

Historia de Raúl:

Mi rutina se modificó con la repentina aparición del Covid-19, todo tenía un ritmo en mi vida: dos veces por semana me disponía a ir a la universidad, los viernes eran fijos, puesto que mi directora de tesis me recibía esos días. Afortunadamente terminé mis créditos, ahora solo me quedaba avanzar con mi proyecto de titulación en la carrera de turismo.

El último viernes que fui al plantel, después de enterarme de las malas noticias, llegué a mi casa con mi madre alrededor de las dos de la tarde, platiqué algunas cosas con ella, lo más importe por supuesto, no di detalles, no suelo compartir muchas de mis cosas. Ese día tenía demasiado desconcierto por la modalidad en línea que se pretendía implementar para dar seguimiento a las actividades escolares, no tenía idea de cómo avanzar ahora, si había dificultades estando con la subdirectora en el plantel para las revisiones, no imaginaba como sería a distancia.

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Mi preocupación empezó cuando decidieron cerrar temporalmente las actividades escolares, el 20 de marzo según recuerdo, días antes se aprobó un diplomado con el que me podía titular, estaba entusiasmado con esta oportunidad pero todo se desmoronó. Evidentemente todo se pospuso, así que me tenía que ir despidiendo de la posibilidad de culminar la universidad para este semestre.

Pasaban las semanas y en mi habitación solía hacerme preguntas que hasta el momento no se han respondido: ¿Cuándo se irá a acabar esto?, ¿Cuándo podré buscar trabajo? Mi último empleo fue a principios de año; "La Mandarina" en Polanco, mi área eran las ensaladas, realmente no me apasionaba y finalmente lo dejé en febrero, pues me interesa más la investigación y el medio ambiente.

Sin duda me llena de incertidumbre el no tener respuestas certeras, anímicamente me encuentro bien y por suerte en mi localidad no se han sabido más que de 6 casos confirmados y dos decesos por Covid-19, hasta donde sé. Todos en mi casa nos cuidamos, al salir al trabajo, mi hermana y mi papá se protegen con guantes y cubrebocas, y cuando hay que salir por comida sólo lo hace una persona.

Extraño mis viajes, salir a conocer lugares nuevos, disfrutar los momentos, de esos que se te quedan grabados en la memoria: ruinas, grutas, lagos, cascadas, los pies en la arena y la brisa en la cara, son sensaciones que disfruto y me encantaría volver a experimentar. Por lo pronto agradezco la oportunidad de reunirme con mis amigos en Teotihuacán, con las debidas precauciones claro, fue agradable estar un par de horas con ellos tras las semanas de encierro en casa.

La zozobra que provoca el escenario de la propagación del Covid-19 invadió a Raúl después de la noticia de suspensión de labores docentes y estudiantiles en la Universidad Autónoma del Estado de México. "Me preocupaba no salir rápido" fueron las palabras de Raúl al contar su historia.

Después del cierre de actividades escolares a causa de la pandemia por coronavirus, se implementó un sistema de educación a distancia para los distintos niveles académicos en México. Esto a través de un boletín ofrecido el pasado 14 de abril por la Secretaría de Educación Pública desde su plataforma, con la finalidad de concluir el ciclo escolar desde el confinamiento.

A lo que respecta a la educación superior, las estrategias implementadas por las distintas universidades ante la situación de emergencia fueron coordinadas por medio de una reunión con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a través de una videoconferencia con el Subsecretario de Educación Superior Luciano Concheiro, esto para las instituciones afiliadas a dicha asociación.