VOLUNTAD

Ser egoísta vale la pena

Someter mi voluntad al levantarme temprano y hacer ejercicio antes de irme a trabajar, en lugar de escuchar a esa voz que me invita a quedarme una hora más en la comodidad de mi cama

Mujer abrazándose / Ilustración
Mujer abrazándose / IlustraciónCréditos: Foto por ArseniiPalivoda para elements.emvato
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Ser egoísta vale la pena - 11 Mar 24

Ser egoísta vale la pena. Sé  que es contrario a la educación que nos inculcaron desde niños. Quizá por eso vivimos llevados por el estrés y el deseo de complacer a los demás, una vida en la que sentimos sin sentir, estamos sin estar y vivimos sin vivir. El resultado final es que, al no atender nuestras necesidades, nos alejamos de nosotros mismos y de los que más nos necesitan. El resultado de esto: nadie gana.

Por eso, es importante que respondas a la pregunta de ¿Qué te hace sentir bien?  Estamos tan inmersos en la rutina y la prisa del día que se nos olvida. Al hacer mi lista, me doy cuenta de que son pequeños detalles que, de llevarlos a cabo, hacen que al final del día mi conciencia se aquiete y mi sentir sea diferente.

Someter mi voluntad al levantarme temprano y hacer ejercicio antes de irme a trabajar, en lugar de escuchar a esa voz que me invita a quedarme una hora más en la comodidad de mi cama.

Disciplinarme en lo que comí durante el día, en lugar de darle rienda suelta al instinto que me dice al oído: “No pasa nada, tú comételo.”

Poner atención a mi arreglo, a mi higiene, a mi cuidado personal, que agrade a la vista lo que veo en el espejo.

Darme tiempo para estar un rato en silencio, para meditar, descansar y ganarle aunque sea un poco a esa lucha constante que tengo para controlar al estrés.

Procurar ser cariñosa y escuchar con atención a mis seres queridos cuando , al final del día me platiquen cómo le fue en su día.

Abrazar a un amigo o a alguien de mi familia; ejercer la paciencia con mis hijos o con la gente con la que trabajo, cuando el día estuvo en especial muy ajetreado.

Abrir un espacio para leer un rato antes de dormir, esa novela que me transporta a otros mundos y personajes imaginarios que tanto nutren el alma y enriquecen la mente. 

Sentirme bien significa que puedo dormir tranquila al saber que ese día aproveché todo el potencial de las herramientas que la vida me dio para vivir;  con el cuerpo, con la mente y con el espíritu.

Llevar a cabo todos estos pasos que me hacen sentir bien, es en lo que constituye mi crecimiento personal. Esa es mi lucha diaria.  ¿Lo logro? No siempre. Fallo y fallo mucho. Sin embargo, estoy convencida, porque también lo he sentido; que cuando me aplico en estas  áreas de mi vida, aunque las circunstancias sean adversas; no solo me siento bien por dentro, sino que me siento cómoda dentro de mí, lo cual también se refleja en mi estado de ánimo, en mi humor, en  mi trabajo, en mis relaciones con los demás, en mi forma de caminar y finalmente, en el brillo de los ojos.

Para lograr lo anterior, necesitas ponerte al inicio de tu lista de prioridades. Por eso estoy convencida de que ser egoísta, en éste sentido, vale la pena porque te decides a mejorar tu vida, encuentras que tienes más tiempo, paciencia y energía para los demás y lo haces con gusto y porque quieres; te vuelves más responsable por tu humor y tu conducta.

Vale la pena porque te sientes en control de tu vida, tus decisiones parten de un lugar de amor y compasión; te atreves a pedir lo que realmente necesitas y no nadas en la corriente de otros, eres capaz de decir “no” a lo que te rebasa  y sobre todo, lo más importante, vale la pena porque al ponerte primero tú, consigues el amor de ti, hacia ti. Y finalmente, todo esto resulta en un sentirte mejor.  

Mujer con manos en el pecho / Ilustración / Foto por kroshka__nastya para elements.emvato