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En un ambiente laboral, un perro contribuye a aliviar el estrés y la ansiedad y puede ayudar a mejorar la comunicación, Pero también pueden surgir problemas derivados de su presencia, ya que habrá quien le tenga miedo, sea alérgico o lo considere un distractor. Gemma Flores, psicóloga, nos habla de los pros y los contras de compartir el espacio laboral con un perro.
Cualquiera puede llamarse adiestrador, aunque no tenga buenas habilidades y conocimiento. Por ello es fundamental saber qué buscar en un entrenador, ya que algunas técnicas y métodos pueden ser perjudiciales para nuestro animal. Hugo Bravo, adiestrador y consultor de conducta animal, sugiere que nos aseguremos de que la persona sea profesional y que trabaje con los tutores y no por separado.
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