TECNOLOGÍA EN QATAR

Tecnología en Qatar

Es cierto que el deporte y la tecnología son dos áreas que siempre han ido de la mano, pero en Qatar esta fórmula superó expectativas

Qatar 2022
Qatar 2022Créditos: EFE
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20 Ene 23 - Tecnología en Qatar

Desde el 20 de noviembre al 18 de diciembre del año pasado, tuvimos la oportunidad de disfrutar la copa Mundial de la FIFA en Qatar. Este pasó a la historia como uno de los mundiales de fútbol con mayor cantidad de nuevas tecnologías implementadas. Hoy te comparto algunas de ellas.

Es cierto que el deporte y la tecnología son dos áreas que siempre han ido de la mano, pero en Qatar esta fórmula superó expectativas. Primero, contaron con un balón oficial con nombre propio, Al Rihla, que significa en árabe El viaje.

Este balón inteligente contó con un sensor de unidad de medición inercial (IMU) en su interior que enviaba los datos del balón a la sala de operaciones de video. De esta manera, se permitía una detección precisa del punto de saque. El chip rastreó cada toque del juego a una velocidad de 500 veces por segundo.

Además, cada estadio contó con doce cámaras dedicadas a monitorear la posición del esférico y 29 puntos en el cuerpo de los jugadores.

Así, los jueces tuvieron datos durante el mismo partido. Al Rihla fue el primer balón que contó con esta innovación y datos disponibles para los árbitros del partido.

Además, uno de los 8 estadios que estuvieron disponibles en ese Mundial, el 974, estuvo inspirado en LEGO. Se construyó con 974 contenedores de envío reciclados y hechos de acero inoxidable que se desmontaron después. Fue un diseño del arquitecto español Fenwick Iribarren. Su estructura fue construida para ser deconstruida en cualquier momento y reconstruida luego en otro lugar, incluso remodelada en lugares más pequeños.

Las temperaturas máximas promedio en Medio Oriente no son nada favorables a un evento deportivo tan grande. De hecho, Qatar es uno de los países más calurosos del mundo, pero gracias a la tecnología de refrigeración que Doha introdujo para atletas, oficiales y espectadores, eso no representó problema alguno. La temperatura se mantuvo fresca y estable durante los partidos.

Los ingenieros idearon un sistema de enfriamiento que usa una combinación de aislamiento y refrigeración dirigida. El aire enfriado entraba a partir de rejillas tanto en gradas como en boquillas en la cancha. Con esta técnica de circulación, el aire caliente se retiraba, volvía a enfriarse, se filtraba y luego se expulsaba; por eso el estadio solo necesitó enfriarse dos horas antes de que comenzara el partido, lo que redujo considerablemente el consumo de energía necesario respecto a otros métodos de enfriamiento.

Por si esto fuera poco, la inteligencia artificial que se empleó en ese Mundial rastreó las extremidades de los jugadores a fin de detectar si estaban o no en posición de juego y enviar, en todo caso, alertas al árbitro correspondiente. Esta tecnología ayudó a los oficiales del partido a tomar la decisión correcta de manera oportuna y sin retrasos. El sistema estuvo instalado en cada uno de los estadios a través de unas 29 cámaras instaladas bajo el techo que recopilaron, en su momento, puntos de datos en el cuerpo de cada jugador, 50 veces por segundo.

Finalmente, también hubo una sala de visualización sensorial para los aficionados con el Trastorno del Espectro Autista y otras necesidades neuroconductuales. Hubo autobuses eléctricos, baños inteligentes, grifos con sensores de cierre automático y cargadores de teléfonos celulares con energía solar. Sin duda alguna, ese fue uno de los mundiales de fútbol más tecnológicos, incluyentes y ambientales de la historia del deporte del balompié. 

Futbol Qatar / Ilustración / Pixabay