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México no deja de sorprenderme por su riqueza natural y la belleza de sus paisajes. Cada vez que salgo a carretera encuentro postales en sus cerros, valles y campos que me hacen sonreír. Este fin de semana no fue la excepción: tuve la oportunidad de conocer un lugar lleno de magia y encanto: El contadero, en Hidalgo.
Se trata de una formación natural compuesta por caprichosas formaciones rocosas que asemejan bellos e intrincados laberintos, situada dentro de la sierra montañosa del Parque Nacional El Chico.
Mineral Del Chico es uno de los cinco pueblos mágicos con que cuenta el estado de Hidalgo, un destino completamente turístico, lleno de paisajes impresionantes y montañas que te hacen querer alcanzarlas. Es un pueblo rodeado de bosques de pino, encino, oyamel, así como formaciones rocosas adornadas con ríos y apacibles presas.
De un lado encuentras caminos angostos, senderos mágicos y del otro, bosques, rocas e impactantes vistas naturales para admirar una y otra vez. El poblado de Mineral Del Chico es, como su nombre lo indica, un lugar de pequeñas dimensiones. Es famoso por sus bosques de coníferas y por sus helechos y fue declarado, por Porfirio Díaz, Bosque Nacional en 1898.
Originalmente, era conocido como Atotonilo o Real de Atotonilco, lugar de aguas termales. La historia cuenta que hace quinientos años proliferaron las minas y por eso nació Mineral Del Chico, donde más de 300 minas fueron instaladas en sus alrededores. Por un camino de terracería llegas a El Contadero, un laberinto natural utilizado por antiguos asaltantes, gavilla de bandidos que asolaban la región de Tulancingo, Pachuca, Real Del Monte y algunos caminos para México y Querétaro. Estos bandidos se refugiaban en este lugar, en la zona del laberinto natural, para contar y repartir sus ganancias. También existe la creencia de que los antiguos pastores, al llevar a su rebaño a la zona, tenían que contar uno a uno su ganado para poder regresar a casa, pues en esos recónditos lugares era común que se perdieran sus animales.
Esta zona es tan especial que te permite perderte por un par de horas y sentir la naturaleza correr por tu ser. Ahí yacen helechos prehistóricos en mancuerna con cientos de encinos hermosos, cuyos tonos resultan una extensa gama de colores. En su bosque encuentras flora tan interesante y medicinal como la Hierba del Sapo, una planta herbácea medicinal, que está comprobado que reduce niveles de triglicéridos y colesterol; también se le atribuyen propiedades para infecciones urinarias, dolores musculares y menstruales. En esa zona boscosa puedes apreciar especies tan antiguas como un oyamel, especie abies religiosa, de 600 años de edad, biznagas, suculentas, toronjil, y siempre vivas.
Ahí también, con la ayuda de un guía, llegas a espejos de agua en las faldas de la montaña que cobijan enormes montículos de piedra. Los entornos naturales de Mineral Del Chico son ideales para excursiones de aventura; desde tirolesa hasta un puente colgante que te regala vistas de colección.
Cada una de sus vistas, te quita el aliento: ríos, cascadas, pozas y caminos exóticos alfombrados de musgo son parte de esta aventura que te hará disfrutar aún más nuestro país y admirar su riqueza natural. México es, sin duda alguna, mi destino favorito.