FAMILIA

Hiperpaternidad

Una educación que genera ansiedad tanto al niño como a los padres, ya que el niño se angustia por no conseguir los objetivos fijados por sus padres y por su parte, los padres se frustran por no tener un hijo perfecto que llegue a donde ellos quieren.

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Familia / IlustraciónCréditos: Pixabay
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17 MAYO - HIPERPATERNIDAD

La hiper paternidad es hoy un tipo de crianza actual. Son todos aquellos padres que van por todo cuando algo molesta a sus niños, se basa en una atención excesiva a los hijos y en la resolución sistemática de todos sus inconvenientes, incluso aquellos pequeños que debieran ser resueltos por ellos mismos. Ya sea en el colegio, con la directora o el profesor, en extraescolares o los partidos. ¿Los ubicas?

De esta crianza surgen los híper niños, hijos protegidos en todo momento a los que se les indica lo que deben ser y hacer. Son niños híper estimulados, protegidos, demasiado asistidos y sobre atendidos.

Su crianza es verdaderamente intensiva, una educación que genera ansiedad tanto al niño como a los padres, ya que el niño se angustia por no conseguir los objetivos fijados por sus padres y por su parte, los padres se frustran por no tener un hijo perfecto que llegue a donde ellos quieren.

Los hiper niños poseen una noción inflada de ellos mismos, les han dicho que son los mejores y se les ha dado todo, pero también tienen tatuado en sus mentes el no puedo, porque sus padres siempre han hecho todo por ellos y esto les genera inseguridad y prepotencia. Presentan miedos, poca curiosidad y se agobian con todo. 

De acuerdo con Eva Millet, autora del libro Híper paternidad, hoy los niños se colocan en el centro de la vida familiar y esto, lejos de conseguir en el futuro a personas maduras, autónomas e independientes, genera adultos desprotegidos e inseguros.

Eva explica que existen algunas causas de esta híper paternidad, entre las que se encuentra el hecho de ser padres a una edad tardía, o que son hijos muy deseados sobre los cuales se tiene ya un plan preestablecido y estricto y, por otro lado, las familias pequeñas, nucleares y blindadas. Los padres actuales exigen demasiado a sus hijos y les quitan tiempo para jugar, tan importante para ellos en su desarrollo.

En realidad, la idea es enseñar a nuestros hijos a adquirir autonomía como base para su propia vida y hoy, con la híper paternidad, los padres cargan con la autonomía de los hijos. En las familias hay estrés, porque esta crianza ataca el bienestar familiar. Un estudio realizado en Reino Unido señala que las madres intensas son aún más infelices que las que no lo son; esto se debe a que las intensas sienten, con regularidad, que no son lo suficientemente buenas.  

Y lo peor es que con esta crianza los niños están sobreprotegidos y tienen baja tolerancia a la frustración, la sociedad tiende a ser más débil y llena de miedos. ¿Qué podemos hacer para parar todo esto? Es simple, primero relajarnos y ser capaces de tener cierta -y sana- desatención con nuestros hijos.

¿Se cayó tu hijo? No corras a ayudarlo, espera que se levante solo. Establece límites, dale responsabilidades que debe cumplir, sí, porque es una manera de formarlo y de que tenga las herramientas para ser independiente. Huye de una infancia cronometrada minuto a minuto, esta no aportará grandes conocimientos, sino que solo lo angustiará.

Confía en él. Hazle saber que no quieres que sea perfecto porque tú mismo no lo eres, enséñale a asumir sus errores y aceptar sus fracasos, deja que se equivoquen, que les salgan mal las cosas, que lo intenten. Sobre todo, fomenta su autoestima, sé la guía, pero no te metas en todos sus problemas, muéstrale cómo solucionar sus conflictos por sí mismo.

Familia / Ilustración / Foto de Paige Cody en Unsplash