Huracán

Gracias a su presencia, se renuevan los bosques, pues los fuertes vientos derriban los árboles más débiles y ello facilita el crecimiento de otros más fuertes, así como la sostenibilidad y la generación de nuevos bosques.

Huracán / Ilustración / Pixabay
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El día de hoy Gaby Vargas habla del huracán cuyo término está relacionado con la mitología maya, específicamente a la palabra hunracán, que significa una sola pierna. En castellano, un huracán es un movimiento de masas de aire que giran a gran velocidad, un conjunto de tormentas, verticalmente miden de 10 a 15 kilómetros. Sus efectos negativos dependen de la velocidad del viento y el tiempo de duración.

En la historia de los huracanes, los más terribles son aquellos que han impactado viviendas y han dejado pérdidas humanas y económicas considerables, como el Huracán Gilberto en 1988 (Quintana Roo, México) y Catrina en 2005 (Nueva Orleans, Estados Unidos).

Sin embargo, no todo es malo. Los huracanes son como los aires acondicionados para la atmósfera terrestre, estabilizan la temperatura desde el ecuador hasta los polos (sur y norte) convirtiéndose en reguladores naturales del clima. Gracias a los huracanes se baja la temperatura del océano, ya que actúan como motores de calor y generan evaporación, con lo que aflora el agua fría profunda a través de un efecto de succión. Gracias a ellos se enfría el planeta y se contrarrestan efectos del cambio climático. Al disminuir la temperatura del agua, se favorece la vida marina, los arrecifes, corales y peces.

Gracias a su presencia, se renuevan los bosques, pues los fuertes vientos derriban los árboles más débiles y ello facilita el crecimiento de otros más fuertes, así como la sostenibilidad y la generación de nuevos bosques.

Los huracanes son parte importante del equilibrio del clima en el planeta Tierra.

Refrescan la atmósfera y limpian el aire contaminado por los aerosoles.

Conoce más en la cápsula de hoy.

Huracán / Ilustración / Pixabay
Huracán / Ilustración / Pixabay