(BAJO FILTRO es un espacio dedicado a analizar los dichos, momentos, imágenes o videos virales que han trascendido por su falsedad o engaño. Es un filtro que desentraña, gota a gota, la desinformación, noticias falsas o dichos engañosos que recibimos en el día a día, tanto en la vida real, como en el mundo digital.)
"México es el país más democrático del mundo", fue la frase de la presidenta Claudia Sheinbaum, que hizo eco en mi cabeza la noche del 1 de junio, terminada la inédita elección del Poder Judicial.
¿Verdaderamente somos el país más democrático del mundo? ¿Qué significa siquiera vivir en una democracia?
La democracia ha sido utilizada como bandera y excusa de este gobierno de la Cuarta Transformación, porque "con el pueblo todo, sin el pueblo nada".
Pero, ¿es con todo el pueblo o solo la parte del pueblo que puede ser movilizada? Tan solo veamos los números: en las elecciones federales del 2018 y 2024, participaron 56.6 millones y 60.1 millones de personas respectivamente; esas elecciones en las que votamos por la presidencia de la república.
En cambio, en esta elección judicial, que también federal, participaron 13 millones.
Este número se asemeja más a lo que ha sido la participación en las consultas que se han hecho desde el sexenio de López Obrador: la de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, en la que participaron un millón de personas; la de la pensión de expresidentes, en la que participaron 6.6 millones; o la de revocación de mandato, en la que 16.2 millones de personas salieron a votar.
El concepto de la "democracia" implica la participación ciudadana en la toma de decisiones, lo cual se cumple en estos casos; de forma mínima, pero se cumple.
Lo que tampoco hay que olvidar es que la democracia también implica la garantía de libertades fundamentales, como la de expresión, prensa, asociación y reunión; eso pocas veces, en estos momentos, se cumple cuando no se alinea a los ideales gobernantes.
La democracia también implica la existencia del Estado de derecho, con el que las leyes se aplican a todos por igual.
Y por último, pero no menos importante, la democracia es pluralismo; ese reconocimiento a la diversidad de opiniones e ideas sin que se le señale de neoliberal, ser de derecha, conservador o traidor a la patria.
Quizá por ello es que son varios los indicadores internacionales que apuntan a que México, lejos de ser el país más democrático del mundo, parece estar viviendo una transición hacia un régimen autocrático; es decir, en el que la voluntad de una sola persona, es la ley.
Lo dice The Economist; el Índice del Estado de la Democracia en el Mundo (GSoD); y el Índice de Democracia Liberal de V-Dem, por mencionar algunos.
Por lo tanto, señalar una y otra vez que México es una democracia plena, cuando la realidad muestra que la decisión de unos pocos, en elecciones a modo, dejan los resultados planeados, es querer tapar el sol, con "lo que diga mi dedito".