MUSICA

'Inmersión': Javiera renace del agua

Javiera Mena regresa con su sexto álbum de estudio, “Inmersión”, en el que, a través de 10 canciones, se sumerge en un lago interno para reflexionar sobre su persona.

Javiera opta por un tempo más relajado y sonidos acústicos que fluyen sobre el estanque de su corazón.
Javiera opta por un tempo más relajado y sonidos acústicos que fluyen sobre el estanque de su corazón.Créditos: Facebook.com/javieramenaoficial
Escrito en OPINIÓN el

La renovación es un proceso constante, interminable, como evolucionar, madurar y crecer. “Inmersión”, una reflexión tan profunda según el pozo de tu mente; tan vasta según la planicie de tu alma, y tan exhaustiva según el océano de tu corazón. Meterse al agua refresca y libera el cuerpo. Aquí es el espacio para encontrarte de nuevo, para ver un mundo igual con ojos diferentes.

Javiera Mena regresa con su sexto álbum de estudio, “Inmersión”, en el que, a través de 10 canciones, se sumerge en un lago interno para reflexionar sobre su persona y emerger con una nueva perspectiva ante la vida.

A diferencia de los sintes y beats electrónicos de su disco anterior, “Nocturna”, Javiera opta por un tempo más relajado y sonidos acústicos que fluyen sobre el estanque de su corazón. En “Na na na”, lanza un beso a su corazón (o amante), que se expande y crece por las ondas del agua. Las cuerdas llevan sus palabras a su destino, sin prisa, con ritmo pausado y sereno, porque así el amor resiste cualquier tempestad.

 

Sin embargo, el nervio eléctrico sigue palpitando su piel. Como una sombra entre árboles, se analiza en este proceso de renovación; ahí está, una más de sus máscaras: la “Reina de la selva”. Los sonidos de la naturaleza se entremezclan con los rugidos y danzas electrónicas. Baila hasta desfallecer en su siguiente transición.

Junto a Santiago Motorizado, Javiera alza sus esperanzas para encontrar un sólo punto de conexión con su amor paralelo. Hemisferios opuestos que buscan el sentimiento que las unió con un beso. Dentro del agua, liberan su cuerpo y sus miedos, incluso a respirar, con tal de cambiar su casa, su vida. Quizá el “Mar de Coral”, tiene esa magia de transformar luz en vida y amor en tiempo.

Renovarse implica volver a vivir, “Volver a Llorar”. Es un acto de valentía regresar al interior de uno mismo para enfrentar demonios pasados, abrazar fantasmas y encontrar fuerzas olvidadas. El proceso de Javiera se refleja en la progresión de la pista: comienza sola con una guitarra acústica; su corazón electrónico, junto al abrazo de los violines, revitaliza su cuerpo que se eleva hacia la superficie del agua. Cada nuevo elemento se integra con Mena; todos son ella, y aún así logra renacer en una versión nueva.

Javiera dice que reduce su tempo para empezar una nueva partida, pero la “Entropía” no detiene su ritmo. Aún con el descanso, las aguas siguen agitándose, pero Mena lo celebra. Las brazadas soltaron sus cargas. Encontró paz y tranquilidad inmersa en su alma acuática; ahora puede fluir sobre la superficie agitada de la vida, con los ojos puestos al cielo.