Con la participación de 337 empresas líderes en el sector aeronáutico, representantes de 48 países y 69 aeronaves, ya sea en vuelo o en exhibición, del 23 al 26 de abril próximos se llevará a cabo la Feria Aeroespacial México FAMEX 2025, evento que surgió hace diez años como una iniciativa para impulsar el desarrollo económico de México en ese sector, lo que sin duda ha ubicado al festival como un evento estratégico para los empresarios del ramo y un espectáculo único en América Latina.
En la FAMEX, que se realiza cada año en la Base Militar de Santa Lucía, participarán decenas de aviones, helicópteros y paracaidistas de la Fuerza Aérea y Ejército mexicanos, así como aeronaves civiles y militares de otros países, como el Airbus A400M de España y el C-390 de Brasil, además del avión caza F-35 Lightning de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Esta plataforma fue creada para la generación de negocios en los sectores de defensa, aeronáutico y espacial, ya que en ella se presentan las últimas tendencias del mercado, ya sean fabricantes de equipos o fabricantes de sistemas, además de que se realizan conferencias, foros o encuentros de negocios, y están presentes fuerzas aéreas de todo el mundo, con expositores de distintos países, agregados militares, instituciones de gobierno y empresarios, así como público en general.
Las autoridades militares han contemplado que entre los principales temas que se abordarán en la Feria Aeroespacial, donde además se celebrarán los 110 años de la Fuerza Aérea Mexicana, habrá tres ejes clave: los sistemas no tripulados, el espacio como negocio, y el fortalecimiento de capacidades nacionales a través del Plan México.
Según previsiones de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), para 2025 se proyecta un crecimiento de 13 por ciento de las importaciones del sector para llegar a los 12.114 millones de dólares a partir de la recuperación de la industria y la relocalización de empresas (nearshoring), con lo que nuestro país se posicionaría en el segundo lugar en concentrar fábricas aeroespaciales, con 28 por ciento de ellas, solamente detrás de Estados Unidos.
Multiplicando… Invertir en metros cuadrados… pero con inteligencia
En un país donde la inflación sigue presionando el bolsillo, el peso se mantiene con altibajos y los rendimientos tradicionales lucen modestos, los bienes raíces resurgen como una alternativa tangible para proteger e incluso multiplicar el patrimonio. Pero ojo: invertir en ladrillos sin estrategia puede ser igual de riesgoso que hacerlo en criptos sin saber ni cómo funciona la blockchain.
Durante el webinar “Bienes raíces y finanzas”, organizado por University Tower, la torre residencial más alta de Paseo de la Reforma, los expertos coincidieron en algo fundamental: no se trata sólo de tener capital, sino de tener claridad, ¿cómo?, con tres herramientas clave: información, análisis del ciclo y asesoría integral.
Primero, entender las tendencias. Hoy, el mercado ya no gira solo alrededor del viejo sueño de la casa propia en las afueras. Los nómadas digitales, el co-living, la vivienda sostenible y la reactivación de zonas céntricas están reconfigurando la forma en la que se vive y se invierte. Y aquí la CDMX tiene una ventaja competitiva natural: conectividad, vida cultural, barrios con historia que renacen (Juárez, Roma, Condesa) y una creciente comunidad extranjera que apuesta por quedarse.
Segundo, el ciclo inmobiliario. No solo es si el departamento te gusta, hay que saber si está en una etapa de crecimiento, estabilidad o sobreoferta. Esa lectura, con base en datos como rentas, absorción y plusvalía por zona, marca la diferencia entre comprar una oportunidad o un problema.
Y tercero, la visión integral. La inversión inmobiliaria ya no es una jugada aislada. Involucra aspectos fiscales, financieros, legales y, sobre todo, personales. Aquí, el rol del asesor cobra peso: se necesitan expertos que sepan construir estrategias patrimoniales.
El mensaje es claro: el momento de invertir es ahora, sí, pero no a ciegas. Porque en este nuevo mercado inmobiliario, los metros cuadrados no se miden solo en espacio… se miden en inteligencia.
Restando… Cuba: una fijación irracional
Para nadie es un secreto la animadversión que Donald Trump siente por el régimen de La Habana, una inquina que trasciende lo ideológico y, como en todo lo que envuelve al empresario, permea hacia lo personal. Cuando se trata de hablar de migrantes a Trump se le endurece el gesto, se le enrojece el rostro y empieza con esos movimientos desarticulados que lo caracterizan, pero cuando se trata de hablar de los isleños todos estos signos se potencializan.
Durante décadas, tras la Revolución, los cubanos tuvieron un estatus privilegiado en comparación con otros grupos migratorios a la Unión Americana, la Ley de Ajuste Cubano les daba acceso a la residencia permanente después de un año y un día de presencia física en el país, así hubieran ingresado ilegalmente. La política de “pies secos, pies mojados”, les permitía acogerse a la Ley de Ajuste Cubano con sólo tocar suelo estadounidense. A diferencia de los extranjeros provenientes de otras partes que tenían que esperar cinco años para acceder a los servicios de seguridad social, a los cubanos se les facilitaban las cosas.
Las cosas están cambiando rápidamente. Cerca de medio millón de cubanos se encuentran en un limbo jurídico imposibilitados de legalizar su estatus tras haber ingresado de manera indocumentada a la Unión Americana. La semana pasada un buen porcentaje de éstos, que se habían acogido al permiso de permanencia temporal establecido bajo el gobierno de Joe Biden, pudieron evadir la deportación luego de que la jueza Indira Talwani determinó que el Ejecutivo no actuó dentro de los límites regulatorios para eliminar las protecciones existentes contra quienes gozan del programa.
Los argumentos de Trump, para menospreciar a los cubanos son en gran medida baladíes, sugiere, sin aportar prueba alguna, que el régimen lleva años vaciando sus cárceles y sus hospitales mentales para infiltrarlos en Estados Unidos, una narrativa inversa originada en el “Éxodo de Mariel” en dónde los refugiados del régimen cubano pasaron a convertirse, en el imaginario político de la derecha republicana, de víctimas a victimarios.
De conseguir su propósito, los cubanos que sean reintegrados a su país verán seriamente comprometidos sus derechos humanos. Amén de las represalias de las que serán objeto, la situación en la isla se va volviendo cada vez más complicada con la política de estrangulamiento emprendida por Trump. Desde su llegada al poder hace menos de 100 días, ya reincorporó a la isla en la lista de los países que patrocinan al terrorismo. Paralelamente, de acuerdo a un reporte de The New York Times, el gobierno de Estados Unidos contempla retirar las visas de viaje a los funcionarios de los países que contraten brigadas médicas a La Habana, una de las principales fuentes de divisas del régimen.
Con sus prejuicios, Trump no castiga a un régimen sino a su gente, y la lleva a un sitio en donde el exilio se transforma en sentencia.