OPINIÓN SERGIO ANZALDO BAEZA

¿Equidad en los medios o añoranza de poder?

En tiempos del antiguo sistema político la relación de la presidencia de la República con los medios de comunicación era de subordinación, de complicidad y de mutua conveniencia.

Hoy la relación con los medios no es de complicidad.
Hoy la relación con los medios no es de complicidad.Créditos: Cuartoscuro
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El 11 de marzo de 2024 se publicó el desplegado “Equidad en los medios: agenda pendiente”. En el texto se parte de la premisa de que “hoy la presión de Palacio Nacional sobre los medios es similar a la que se ejercía desde Los Pinos en tiempos del antiguo sistema político…La prensa, la radio y la televisión están padeciendo esos embates que buscan privilegiar a la candidata del oficialismo en detrimento de la candidata de la oposición”. Con base en esta premisa se demanda que “en los canales estelares de la televisión abierta y en los horarios de máxima audiencia, se den iguales espacios de calidad a ambas candidatas, tanto en cobertura como en entrevistas”. 

Hasta aquí lo relevante del contenido, sin embargo, lo singular del citado documento es que está suscrito por quienes han dictado y encauzado la agenda de la discusión pública en los últimos cuarenta años, tanto en los principales medios de comunicación como fuera de ellos. Algo extraño sucede cuando los que firman el documento para reclamar equidad mediática tienen muchos años siendo, precisamente, estrellas del canal de las estrellas y gurús de TV Azteca. Veamos.

La premisa.

En tiempos del antiguo sistema político la relación de la presidencia de la República con los medios de comunicación era de subordinación, de complicidad y de mutua conveniencia. No tiene caso enlistar los innumerables casos de censura, obligada o autoimpuesta, las permanentes amenazas por el tema de las concesiones, los montajes mediáticos y, claro está, el creciente presupuesto para publicidad gubernamental que el sexenio pasado llegó a los 70 mil millones de pesos. Tampoco tiene caso enlistar la versatilidad de negocios paralelos que impulsaron dueños de medios en los últimos sexenios, que van desde casinos, pasando por hospitales, carreteras y hasta cárceles. En fin, fue una época de bonanza para los consorcios mediáticos a costa del erario público, pero, sobre todo, a costa de la calidad y objetividad de la información que generaron y distribuyeron. En contraste, en este sexenio no ha habido un solo extrañamiento, informal u oficioso, por contenido editorial alguno. De hecho, no media ni siquiera una llamada telefónica de recomendación o reconversión editorial

Hoy la relación con los medios no es de complicidad. Al contrario, la novedad es el disenso editorial y la réplica pública del presidente de la República con los medios de comunicación y ciertos personajes mediáticos específicos. Por primera vez asistimos a un debate público, abierto, permanente y sin cortapisas, entre el poder político y algunos medios de comunicación. Contrario a lo que se afirma en el desplegado, la presión de hoy sobre los medios no es nada similar a la de ayer. 

La demanda.

De algunos años a la fecha contamos con una herramienta que permite medir tanto la cobertura como el tratamiento editorial que recibe cada candidata o candidato a algún cargo de elección popular a nivel federal. Los resultados del monitoreo que recientemente presentó el INE de las precampañas señalan que a nivel general Claudia Sheinbaum obtuvo el 41.29% de la cobertura de los espacios informativos de radio y televisión, frente al 36.72 de Xóchitl Gálvez y el 9.28% de Máynez y el 12.71% de Samuel García quien abandonó la contienda a media precampaña. 

En cuanto a la demanda específica del desplegado sobre equidad en la cobertura de los canales de televisión abierta estelares, resulta que la candidata de la oposición ha sido beneficiada por estos canales estelares de televisión abierta. Xóchitl recibió mayor cobertura en Televisa: 40.55% frente al 40.26% de Claudia y en TV Azteca 55.77% frente al 17.08% respectivamente. Así, la demanda de los intelectuales por dar iguales espacios de cobertura a ambas candidatas más bien se aplicaría para que TV Azteca amplie la cobertura de Claudia para alcanzar cierta equidad con la de Xóchitl. En cuanto a las valoraciones negativas, Claudia recibió más que Xóchitl. En conclusión, la demanda del desplegado sobre equidad en los medios “no resiste el análisis factual” 
Por cierto, durante la campaña el equilibrio informativo debería de incluir al candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez. La cobertura informativa y valorativa de las actividades y propuestas de campaña idealmente se debiera distribuir en tercios iguales a cada aspirante a la presidencia de la República. 

La añoranza.

Ante estas inconsistencias factuales, me parece que una hipótesis plausible que explica la publicación del desplegado “Equidad en los medios: agenda pendiente” es la añoranza de este grupo de intelectuales por el poder perdido. 

El 23 de mayo de 2020 Héctor Aguilar Camín encabezó un conciliábulo por zoom para minar la gestión del presidente de la República. Para alentar a sus cómplices compartió su fe en el modelo de la cascada que establece que la formación y circulación de las ideas que predominan en un determinado momento tiene como fuente la información que generan los medios de comunicación y, poco a poco, desde ahí permean y modelan la opinión en todas las capas de la sociedad. Aguilar Camín se los explicó con las siguientes palabras: “Fatalmente, por los caminos más complejos que puedan imaginar o los más simples, eso que está en el círculo rojo, tarde o temprano se vuelve lugar común en el círculo verde.” 

Para convencer a su corifeo, Aguilar Camín argumenta que fue el círculo rojo, es decir, los intelectuales firmantes del desplegado, los que llevaron a López Obrador a la victoria. Detalla que con Calderón posicionaron el tema de la violencia y con Peña el de corrupción para pavimentar el camino a la presidencia de AMLO con el tema de la honestidad. Para Aguilar Camín este modelo de la cascada es infalible: “Primero fueron las críticas en el círculo rojo y, luego de eso, se volvió un lugar común para todo el mundo. Eso va a suceder aquí también porque ha sucedido sistemáticamente”. 

Sin embargo, algo pasó en estos años que el modelo de la cascada de opinión no está funcionando, por lo menos no como los intelectuales firmantes apostaron.

Desde sus pininos intelectuales, tanto Enrique Krauze, con “Caudillos culturales en la Revolución Mexicana” de 1976, como Héctor Aguilar Camín, con “La frontera nómada. Sonora y la Revolución Mexicana” de 1977, no solo han estado presentes en el horizonte cultural de México, sino que lograron construir la hegemonía cultural del neoliberalismo económico. Los dos han emprendido exitosas y trascendentes empresas culturales que han configurado, en buena medida, nuestra memoria e interpretación de la historia y, por consiguiente, nuestra valoración del presente y nuestra mirada al futuro. Desde sus respectivas revistas, Letras Libres y Nexos, han llevado a cabo ambiciosos proyectos de indagación histórica como Clio, iniciativas editoriales como Cal y Arena, impulsado y encauzado debates nacionales, redefinido el papel del estado, promovido la democracia sin adjetivos, los órganos autónomos del estado, en fin. No han dejado una sola temática sin atender: filosofía, historia, novela, libros de texto, análisis económico y político. Tampoco han dejado espacios vacíos: ellos y sus grupos están presentes en aulas universitarias, simposios nacionales e internacionales, ferias del libro, documentales, programas de radio y televisión, espacios en la prensa, nacional e internacional, etc. No han dejado títere con cabeza. En su fuero interno saben que el poder ha dependido más de ellos, que ellos del poder; son transexenales. 

Por lo mismo, debe ser desconcertante y frustrante que después de cinco años su modelo de la cascada no dé los resultados esperados. Posiblemente la añoranza por la influencia perdida en poder público los haya movido a reclamar una equidad en los medios en que ellos, hasta el día de hoy, tienen el predominio. Debe ser difícil aceptar que el modelo de democracia sin adjetivos que construyeron llegó a su limite y, simplemente, no responde a las exigencias de una sociedad que ha esperado cuarenta años resultados medianamente satisfactorios. Su frustración, enojo y desesperación los ha cegado. Así se explica que, como apunta Jorge Zepeda Patterson, el desplegado constituya “una expresión muy inferior al talento de este medio centenar de mexicanos”.


Marzo 2024

Desplegado “Equidad en los medios: agenda pendiente”.
Monitoreo INE 2023-2024.
Reunión por zoom de Héctor Aguilar Camín