Hoy es el día Internacional de la Trabajadora Sexual, y como desde 1976 la Organización de Naciones Unidas (ONU) en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que el 2 de junio fuera el día para conmemorar a las más de 100 trabajadoras sexuales que se atrincheraron en la iglesia de Saint-Nizer en Lyon Francia, con el objeto d reclamar la persecución policial y visibilizar la vulnerabilidad de la que eran objeto.
Este suceso marcó un antecedente en la reflexión y discusión en los países miembros de los organismos internacionales de salud y trabajo para crear programas, políticas públicas, leyes y modificaciones a los códigos civiles, de Derechos Humanos, de salud y laborales encaminando a erradicar la violencia, discriminación e impunidad, así como regular su actividad laboral. En pocas naciones han prosperado las discusiones de organismos no gubernamentales que promueven la protección a la vida de las y los trabajadores sexuales.
En México, las últimas décadas se han trabajado en estudios sobre las poblaciones dedicadas a este trabajo, visibilizar y documentar la vulnerabilidad laboral y de su vida, así como las precarias condiciones de atención social que las y los mantienen en la marginalidad e incremento de violencia, sobre todo en tiempos del covid hasta nuestros días.
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En diciembre del 2022 el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (CONAPRED) presentó la Segunda Encuesta Trabajo Sexual, Derechos Humanos y no discriminación y los datos son contundentes, en la Ciudad de México el 79% de las personas que ejercen trabajo sexual vivió violencia o discriminación de policías y el 95% si se trata de trabajadoras sexuales trans; violencia por parte de clientes el 70%, más de la mitad son agredidos por transeúntes, 31% de las personas que llegaron ante un juez cívico sufrieron maltrato, discriminación o violencia y el 29% de ellas y ellos se les negaron servicios de salud.
Estos datos solamente reflejan aquellas personas que hicieron denuncia ante alguna autoridad u organismos no gubernamental lo que implica que los protocolos, el trato digno, el apoyo y acompañamiento, la garantía de los Derechos Humanos del trabajo en la calle aún vive fuertes embates de estigma y violencia para las personas que ejercen este trabajo.
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A pesar de que en las leyes mexicanas el trabajo sexual no es ilegal, existen códigos éticos estatales, que clasifican el trabajo sexual en la calle como falta a la moral o alteración al orden público por lo que constantemente los policías, ministerios públicos o autoridades encargadas criminalizan, violentan los derechos humanos o incluso ejercen actos de agresión o abuso de la autoridad. Y estos actos se agudizan cuando se trata de personas trans que ejercen el trabajo sexual tanto en sistemas de seguridad y justicia como en materia de servicios de salud sexual y reproductiva donde la comunidad trans vive la agudeza de la violencia por parte de sus clientes hasta por los prestadores de servicios públicos como son médicos o policías.
Este 2 de junio en que se conmemora el Día Internacional de la, el y lx trabajadorxs sexual es propicio para reflexionar en torno a la discusión en las Asambleas y cámaras locales y nacionales en materia de Derechos Humanos, protección a la salud y la vida, protocolos de atención en caso de violencia de género, y a sus derechos sexuales, reproductivos y laborales.
En lo que respecta a lo individual y personal, debemos por comenzar a erradicar palabras discriminatorias, excluyentes y juiciosas como prostitución, puta, puto. Distinguir entre el trabajo sexual, de la trata de personas (que significa explotación sexual involuntaria por parte de terceros). Es un primer intento por respetar, visibilizar y promover derechos humanos a este tipo de prestadorxs de servicios sexuales.
Abramos la discusión: @salmazan71