OPINIÓN LUIS ANTONIO DURÁN

'- (Subtract)': Aliviar el dolor con música

Ed Sheeran enfrentó una demanda por presunto plagio. Estuvo a punto de renunciar a su carrera si se le encontraba culpable. Ganó el juicio.

Ed Sheeran, cantante británico.
Ed Sheeran, cantante británico. Créditos: EFE
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Una carrera musical de poco más de 10 años. Grammys, fiestas, conciertos masivos, ganancias millonarias; apariciones en teatro, televisión y cine. Tanto que el mundo ve, y tan poco que entiende. Resta el show, resta las grandes producciones, resta las luces. Deja al hombre con su guitarra y corazón en las manos. Regresa a uno, nunca a cero. Deja que la voz cante y alivie todos esos sentimientos que restan, que duelen.

Ed Sheeran lanza su sexto álbum de estudio “- (Subtract)”, con el cual culmina su “Era Matemática”. Un disco con el dolor de sus últimos años impreso en las letras de cada canción, pero cuya música sana y guía, como manos terapéuticas. Al inicio, Ed pensaba hacer un compilado de canciones acústicas, escritas durante la última década, sin embargo, la vida lo golpeó tantas veces el año pasado que decidió reescribir y “dar sentido” a esos sentimientos, a través de su guitarra.

El 20 de febrero de 2022, Jamal Edwards, empresario, impulsor musical y mejor amigo de Ed, falleció por un repentino ataque cardíaco. En “Eyes Closed”, Sheeran narra la ausencia que habita su cuerpo. Busca consuelo en un bar, en el que ya no toma, pero al que va sólo para imaginar que su amigo entrará de nuevo por la puerta. Baila con los ojos cerrados, para no dejar que la ilusión escape. Cierran el bar, pero él sigue ahí, bailando feliz con el fantasma de un recuerdo.

Cherry Seaborn, esposa de Sheeran, fue diagnosticada con un tumor mientras estaba embarazada de seis meses de su segunda hija, Jupiter. No pudo someterse a cirugía hasta después del parto. Tres meses de mares contenidos y gritos suspirados. En “Sycamore”, Ed abate con un piano los pensamientos que le acechan mientras camina por la sala de espera de algún hospital. Se imagina en un lugar seguro: bajo la sombra de un árbol que protege del ardiente sol. Mantiene la esperanza de prevalecer junto a su amor, como aquel arce, que ahora da un nuevo retoño.

¿La juventud termina cuando el dolor invade todo?, se cuestiona Sheeran en “End of Youth”. La depresión y la angustia lo acechan cada día, tan pronto baja un pie de la cama. Recuerda momentos de hace 10 o 15 años, cuando abrió brazos y corazón al amor, pero que ahora parecen tan lejanos, pues olas negras lo azotan y ahogan cada día. Sabe que demasiado amor conduce al sufrimiento de nunca soltar, de nunca dejar ir. Es inevitable la tristeza cuando termina la juventud.

También, Ed Sheeran enfrentó una demanda por presunto plagio. Estuvo a punto de renunciar a su carrera si se le encontraba culpable. Ganó el juicio. Se mantuvo firme con su música; recuperó su credibilidad, su poder y su confianza. En “Curtains”, Ed toma con fuerza su guitarra para abrirse con paso firme entre las sombras. Está cansado de esas pesadas cortinas que “aparentemente” lo protegen de un mundo hostil, pero le impiden ver el brillo del sol. Cada verso, cada acorde, rasgan las cortinas y abren las ventanas a un nuevo día, a una nueva oportunidad.

Ed Sheeran encontró en la música el escape para sus sentimientos. Estas canciones llevan trozos de piel y lágrimas, no cómo un diario de desgracias, sino como un abrazo fraterno. Comparte sus experiencias para tender una mano amiga para quien sufra el mismo camino. Restar exceso, restar dolor, sumar empatía, sumar comprensión. Aún en medio de la tormenta, de la noche, del caos, siempre regresa el sol, la luz, el amor.