OPINIÓN LUIS ANTONIO DURÁN

'That! Feels Good!': El derecho al placer

En “Free Yourself”, Jessie continúa la revolución sexual de la pista de baile, que otras reinas lideraron en los 70.

Portada del disco That! Feels Good!.
Portada del disco That! Feels Good!. Créditos: Pág oficial Jessie Ware.
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Deja que la música acaricie tu piel; ríndete al susurro de la tentación. Repítelo. Que el sudor recorra tu espalda; que tu cadera se menee al ritmo del bajo. Repítelo. Déjate desnudar por el placer de la libertad sobre la pista de baile. Repítelo. El placer es tu derecho, házlo una y otra y otra y otra vez, hasta desmayar de éxtasis, prensado a los cuerpos vaporosos de la pista. Repítelo. 

Jessie Ware regresa con su quinto álbum de estudio “That! Feels Good!”, en el que a través de 10 canciones, ofrece una cátedra de nu-disco para liberarse de pudores y prejuicios absurdos en pos del placer de vivir y sentir.

En “Free Yourself”, Jessie continúa la revolución sexual de la pista de baile, que otras reinas lideraron en los 70, como Donna Summer, Diana Ross y Gloria Gaynor. Usa su poderosa voz como un estandarte que guía y consuela amantes perdidos en la oscuridad de la rutina. Sus palabras rompen las cadenas del “qué dirán” e infectan los pies de coreomanía. No importa tu color ni tu preferencia sexual, solo el amor que quieras liberar.

“Sacúdete hasta que las perlas se caigan”, canta Jessie en “Pearls”; desnuda tu piel, ve lo hermoso que eres y siente el amor que te rodea. Es una liberación sexual que supera el después de la habitación: se enfoca en brillar juntos por la comunión del baile; donde el éxtasis culmine en un abrazo al terminar la canción y el pudor se convierta en una pila de ropa en el rincón.

No hay excusas para no sucumbir a la música. Cualquier pretexto es tonto. La miseria se puede mezclar con alegría en un cocktail de noche. Eres hermoso, con esos ojos, esa ropa, ese rostro, al igual que todos quienes te rodean. En “Beautiful People”, una rueda de trompetas y multitudes brincan alrededor de Jessie; la fiesta es un nuevo hogar que crece, crece y crece, pues todos son bienvenidos, todos son hermosos, todos son libres.

“¿Podemos iniciar de nuevo y ser los mismos del inicio, otra vez?”, se cuestiona y repite Jessie en “Begin Again”. Una duda que la lleva por un torbellino al pasado; un túnel de éxtasis, tambores y metales latinos, fantasmas-danzantes y amantes pasajeros. El tiempo sigue su curso, las posibilidades siempre se abren. La vida va en constante cambio; no hay inicio ni fin; Jessie aprende, reflexiona, se renueva. Su voz estalla en catarsis, trasciende el solo de instrumentos, y avanza con la epifanía del siguiente paso de su vida, de su baile, de su canción que jamás termina.

A lo largo de sus poco más de 10 años de carrera, Jessie por fin se ha desecho de las dudas que la misma industria implantó en su cabeza. ¿Cuándo será suficiente? ¿Cuándo llegarás más lejos? ¿Lo mereces? ¡Claro que lo merece! ¡Todos lo merecen! Jessie Ware sucumbió al placer a través de su música; se emancipó de un mundo hostil en constante lucha contra el placer, donde el amor muta y sobrevive, a veces desde antros clandestinos. Jessie comparte su aprendizaje, su música, su corazón: el placer de ser libre en tu propia piel, de bailar en ella, de amarte. El derecho a sentir placer.