MÚSICA

"Memento Mori": ante la muerte, celebrar la vida

“Memento mori”, “recuerda que morirás”. Una frase latina que, a pesar de su sentido funesto, añora tomar cada momento como el último.

Depeche Mode, banda británica
Depeche Mode, banda británicaCréditos: Archivo
Escrito en OPINIÓN el

Depeche Mode regresa con su decimoquinto álbum, “Memento Mori”, para recordarnos que ante la oscura niebla del final, se puede encender una luz al celebrar la vida. Grabado seis semanas después de la muerte de su amigo y colega, Andy Fletcher (quien además eligió el nombre), este disco regresa a la vulnerabilidad característica del grupo. 

Abrumados por los tiempos negros de un mundo sumido en guerra y enfermedad, Dave Grahan y Martin Gore se aferran a la vida, a prevalecer. En “My Cosmos Is Mine”, Dave declara de manera solemne que él es dueño de su mundo, a pesar del continuo acecho de la parka. Niebla de sintetizadores lo rodea, bombas explotan a lo lejos, pero él se mantiene firme a su propia visión y alma: “No más guerra, no más miedo, no más dolor, no más muertes sin sentido”.

De la misma forma, en “Wagging Tongue”, los secuenciadores arrastran a Dave, como si lo obligaran a moverse, pero él se mantiene estoico, ahora con la compañía de la voz de Martin. Ambos, cual esfinges, miran cómo “otro ángel muere”, pero no lo lloran, al contrario, se sienten liberados. Los sintetizadores brillan como luces guía entre la niebla que rodea a ese extraño heraldo de tinieblas que los llama.

Quizá son las mismas personas las que han sumergido este mundo en esa oscuridad. En “People Are Good”, la cual pareciera la segunda parte de su éxito de 1984, “People Are People”, el dúo se siente decepcionado por la humanidad misma. Por más de 40 años se han engañado a sí mismos, repitiendo que, en el fondo, las personas son buenas, es el mundo quien las corrompe. Alzan su voz, porque sólo Dios los puede ayudar. Todo saldrá bien, porque al final todos llegaremos a ese otro mundo; ya no será necesaria la malicia.

En otro coda al pasado, “Never Let Me Go” resuena con las guitarras sintéticas de “Never Let Me Down Again”, de 1987. Sin caer en el refrito de un sonido añejo, Depeche Mode se mantiene fresco al tomar empapar su sonido electrónico, con sentimientos sinceros, que tanta falta hace en un mundo roto. La guitarra raja aún más las heridas que nunca sanan, pero Dave ofrece su mano para ser la luz que prevalecerá. No la sueltes.

Asimismo, en la marcha lúgubre de “Before We Drown”, Dave busca la unión, la comunidad. Está cansado de alzarse y caer; es mejor caminar hacia adelante, antes que inevitablemente morir ahogado. Las voces de Dave y Martin se unen en coro para alcanzar un paso más. La melancolía que los rodea se disipa al final con un gran destello que anuncia esperanza.

Dave y Martin nunca tuvieron la intención de que este álbum fuera un homenaje a Fletcher, sin embargo, su espíritu ronda en cada canción. Su partida los inspiró a concluirlo. La muerte fue una fuerza creadora para continuar un legado, como banda, que ya los sobrepasa. Así, en “Ghosts Again”, la voz solemne de Dave llega a temblar, como quien contiene las lágrimas de un recuerdo en la garganta, mientras una lluvia de teclas los baña, como si el alma de Fletcher les agradeciera por seguir adelante.

Incluso después de la muerte, volveremos como fantasmas y veremos otro amanecer.

Luis Antonio Durán Álvarez.