OPINIÓN ARTURO BARBA

La viruela del mono es emergencia internacional

El pasado sábado 23 de julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró "emergencia internacional" a la viruela del mono por el aumento de casos en todo el mundo, escribe Arturo Barba.

La viruela del mono ya es una emergencia internacional
La viruela del mono ya es una emergencia internacionalCréditos: Reuters
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La viruela símica o viruela del mono fue declarada como una emergencia sanitaria mundial por el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, luego de que el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional, grupo asesor del organismo, no llegó a un consenso.

Sin embargo, quizá recordando que ese mismo comité se retrasó para declarar como emergencia sanitaria y luego como pandemia a la COVID-19, Ghebreyesus tomó la decisión de declararla como una emergencia internacional luego de más de 16 mil casos confirmados en 75 países y cinco fallecimientos.

El brote se ha extendido rápidamente por todo el mundo y, de hecho, desde hace varias semanas es una preocupación internacional. “Tenemos un brote que se ha propagado rápidamente por todo el mundo a través de nuevos modos de transmisión, sobre los cuales entendemos muy poco y que cumple con los criterios para una emergencia de salud pública”, señaló Tedros Ghebreyesus en conferencia, donde por primera vez ignoró las opiniones de su grupo asesor. 

La comunidad científica internacional aún no se explica cómo esta enfermedad de la pobreza se ha extendido hasta convertirse en una enfermedad global y eso es lo más preocupante.

El virus de la viruela del simio o del mono pertenece a la familia de los poxvirus o Poxviridae a la que también pertenece el virus de la viruela humana, la única enfermedad humana erradicada. Se le llama así porque los investigadores lo detectaron por primera vez en monos de laboratorio en 1958. Es una enfermedad zoonótica, es decir, se transmite de los animales a personas y luego entre las personas. Aunque aún no se ha identificado a su reservorio natural se sabe que algunas especies de ratones y ardillas silvestres endémicos del centro de África, son portadores del virus.

Desde los años 70 se sabe que infecta y enferma a los humanos, principalmente en países del centro y occidente de África como Nigeria, República Democrática del Congo, Camerún, Benin, República Centroafricana, Gabón, Costa de Marfíl, Liberia, República del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur, donde ocasiona algunos miles de casos cada año. Sin embargo, han ocurrido otros brotes fuera de África asociados a personas que han viajado a ese continente.

Lo más preocupante es que, al ser clasificada como una enfermedad de la pobreza que solo afecta a países de África, nunca ha significado un tema de interés para la comunidad científica y médica internacional.

“Es probable que el brote de viruela del simio en curso en países no endémicos sea una consecuencia de la incapacidad de reducir la propagación de la enfermedad en las regiones endémicas de África a pesar de décadas de brotes constantes” señalan en un artículo publicado el 20 de julio en la revista Nature Reviews Microbiology, los científicos Emmanuel F. Alakunle y Malachy I. Okeke, de la Universidad Americana de Nigeria. 

Si algo nos ha mostrado la pandemia de COVID-19, en un mundo globalizado como el nuestro las enfermedades deben entenderse desde otro enfoque: no somos una isla sino una comunidad de países en un mismo planeta y lo que afecta a un país puede afectar a otros o a todos. Como indican los investigadores nigerianos en el artículo: “para controlar los brotes presentes y futuros, es esencial un enfoque de una sola salud impulsado a nivel mundial para la prevención y el tratamiento de la enfermedad”.

Estudio del ADN del virus

Los científicos aún no han secuenciado su genoma y no han podido identificar algunas mutaciones que le han permitido al virus propagarse a los niveles actuales y todo indica que seguirá extendiéndose.

En mayo pasado se publicó un borrador incompleto de su ADN, pero algunos de estos datos genéticos preliminares indican que el actual brote está relacionado con una cepa viral que se encuentra predominantemente en África occidental, una cepa menos agresiva con una tasa de mortalidad más baja de alrededor del 1% en poblaciones rurales pobres de África.

Pero aún se desconoce exactamente las mutaciones o características de la cepa que ha causado el brote actual o si los diversos virus que se han esparcido por todo el mundo están relacionados entre sí y, a su vez, con un ancestro común; o si pertenecen a cepas diferentes como la del virus del centro de África, que ocasiona una enfermedad más grave con una letalidad del 10%.

Algunos científicos como Raina MacIntyre, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, señalan que los virus de ADN como los poxvirus tienen mejores mecanismos para detectar y reparar mutaciones que los virus de ARN, lo que significa que es poco probable que el virus de la viruela símica haya mutado repentinamente para convertirse en experto en la transmisión humana.

Sin embargo, en un artículo de un grupo multinacional de científicos publicado en la revista The New England Journal of Medicine el pasado 21 de julio, se indica que el brote global actual de infección por el virus de la viruela del simio en humanos sugiere cambios en los aspectos biológicos del virus, cambios en el comportamiento humano, o ambos; tales cambios pueden ser impulsados por la disminución de la inmunidad contra la viruela, la relajación de las medidas de prevención de la enfermedad por la Covid-19, la reanudación de viajes internacionales, las interacciones sexuales asociadas con grandes reuniones.

Luego de analizar 528 casos confirmados de viruela del mono en humanos en cinco continenetes y 16 países, los investigadores encabezados por John P. Thornhill del Instituto Blizard y de la Universidad Queen Mary de Londres, señalan que “hasta la fecha, la propagación actual ha afectado de manera desproporcionada a hombres homosexuales o bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, lo que sugiere una amplificación de la transmisión a través de redes sexuales”.

Asimismo, los análisis filogenéticos sugieren que el virus ha circulado sin ser detectado durante algún tiempo fuera de las áreas donde ha sido endémico, posiblemente disfrazado de otras infecciones de transmisión sexual (ETS).

Transmisión

La transmisión ocurre a través de gotículas respiratorias grandes, contacto cercano o directo con lesiones cutáneas y sus secreciones, posiblemente a través de objetos contaminados con secreciones, saliva o fluidos, que pueden ser utensilios, ropa, sábanas o toallas. Hasta ahora no existe evidencia clara de transmisión sexual a través de fluidos seminales o vaginales.

La enfermedad generalmente comienza con fiebre, seguida por el desarrollo de múltiples lesiones cutáneas, brotes de granos pustulosos y ulcerativos en la cara y el cuerpo e inflamación de ganglios.

Aunque el virus generalmente causa síntomas leves y la transmisión entre humanos puede ser ineficaz, se puede producir una enfermedad grave o la muerte si el virus se propaga a personas inmunodeprimidas, niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas que viven con comorbilidades como el VIH/sida y diabetes. Se pueden generar diversas complicaciones como neumonitis, encefalitis, queratitis e infecciones bacterianas secundarias.

Aunque se desconoce la fuente o fuentes primarias del actual brote en países no endémicos, los casos detectados hasta ahora no parecen estar asociados con viajes a las regiones endémicas.

De hecho es posible que cuando fueron detectados los primeros casos en España y Reino Unido ya se habían producido varias cadenas de transmisión entre humanos que han hecho imposible rastrear la fuente primaria. Es posible que la transmisión comunitaria ocurrió varias veces sin ser detectada ya que, por un lado, las personas enfermas no notificaron su caso y, por otro, un diagnóstico erróneo como enfermedades de transmisión sexual, especialmente porque se presentó con lesiones genitales y perianales atípicas, casos leves o asintomáticos, así como escaso conocimiento y vigilancia de la enfermedad.

Aún falta mucho por saber sobre este nuevo brote del virus de la viruela del mono, pero lo haremos conforme surjan más resultados científicos.

Comentarios y sugerencias: @abanav /abanav@gmail.com y sapiensideas.com