Desde el 2021 en que se discutió y aprobó la Ley Federal de Revocación de Mandato se convirtió en una cuerda de tensión entre el actual jefe del poder Ejecutivo y las autoridades del Instituto Nacional Electoral (INE), bajo el argumento de no contar el INE con los recursos para realizar la consulta. Por su parte, el presidente daba razones del uso del financiamiento del órgano para llevarla a cabo. Lo que ha devenido desde septiembre del año pasado hasta lo que ocurrirá mañana en la actividad en las urnas ha sido un ir y venir de descalificaciones entre las instancias involucradas en este ejercicio democrático que advierten una desafortunada jornada donde se empeña un proceso y ensayo por construir una ciudadanía participativa, responsable, madura y crítica de su sistema de gobierno contemporáneo.
Como toda democracia y política participativa, los sistemas, estrategias y mecanismos están sujetos a su perfeccionamiento. ¿Debemos ir a las urnas y responder la pregunta?… ¡Por su puesto! Tenemos que ejercer el derecho y cumplir con nuestro compromiso ciudadano de opinar, elegir, revocar, refrendar y cambiar los sistemas, las ideologías, las políticas que no representan los intereses colectivos en una sociedad democrática. Por ello, es importante salir este domingo y participar, a partir de nuestros intereses y los colectivos, ejercer con este mecanismo, el derecho de opinar, de evaluar, de mostrar nuestras inconformidades o filiaciones frente a un sistema y forma de gobierno.
El equívoco de este ejercicio ciudadano como es la consulta de Revocación de Mandato es que se ha centrado en la persona y no en la ideología y manera de gobierno. Si bien, el cuestionamiento atañe al ejercicio actual del representante del poder ejecutivo, es decir, el presidente actual Andrés Manuel López Obrador. En realidad, lo que debe encaminarse este ejercicio es a evaluar un sistema, una manera de gobierno para éste y los futuros gobernantes, como un sistema de autogestión de la sociedad de su papel de observadores, de evaluadores y calificadores en pro de una construcción política de una sociedad madura, adulta y democrática. A lo que asistiremos mañana es un ensayo, un primer momento de actuar ciudadano por construir una visión profunda del tipo de gobierno y gobernantes sin las vísceras en la tinta y la urna.
Aquí no gana nadie, es una consulta, el termómetro egocéntrico del presidente, pero también es la oportunidad de ensayar un sistema participativo ciudadano para convertirnos en un futuro no lejano en observadores con voz y sin complicidades de los usos, abusos, impunidad y corrupción frente a los servidores públicos que tanto han dañado la construcción democrática en nuestro país.
Advertir en este ejercicio institucional en las casillas, una expresión y un pulso de la forma en que las instituciones de nuestro país miden sus fuerzas y tensas sus relaciones en aras de su músculo político. Un presidente ególatra, concentrando su maquinaria y musculatura partidista para refrendar su popularidad. Una instancia autónoma empoderada en su papel de autoridad suprema con filias y fobias ideológicas sin imparcialidad. Dos instancias que se nos presentan adversarias y contribuyendo a la polarización antidemocrática, infantil e inmadura de la vida política del país.
Este domingo 10 de abril 2022 es histórico por la oportunidad ciudadana de ser escuchados en un papel, en una urna. Toda vez de comenzar a ensayar una nueva forma de hacer válida nuestra voz democrática y eso es un verdadero paso que de ser ejercido con compromiso y reflexión será una vía para ir coartando el abuso del poder en todas las más doloras expresiones que vivimos y padecemos actualmente.
Abramos la discusión: @salmazan71