ARTURO BARBA

Latinas con bajos niveles de vitamina D son más propensas al cáncer de mama

Los investigadores también observaron que las mujeres con niveles adecuados tuvieron una tasa de cáncer de mama 21% inferior, comparado con las mujeres con deficiencia.

Créditos: Pixabay
Escrito en OPINIÓN el

Audio relacionado

Su navegador no soporta la reproducción de audio por HTML 5
Entrevista a Lourdes Huerta

Una investigación llevada a cabo en mujeres latinas y afroamericanas en Estados Unidos indica que especialmente las latinas con bajos niveles de vitamina D en la sangre tenían más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que aquellas con niveles adecuados de esta sustancia nutritiva.

Publicada en la revista Cáncer, de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, la investigación establece un vínculo entre los niveles bajos de vitamina D y el cáncer de mama y confirma que esta relación fue particularmente evidente entre las mujeres latinas.

Aunque estudios previos habían señalado el papel protector de esta vitamina contra el cáncer de mama, pocos habían considerado el papel del origen étnico en esta conexión.

La investigación llevada a cabo por un grupo de científicos encabezados por Katie O'Brien, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EE. UU., recolectó y analizó muestras de sangre de 415 mujeres –290 afroamericanas y 125 latinas–, que desarrollaron cáncer de mama, así como muestras de mil 447 mujeres –1010 afroamericanas y 437 latinas–, que no desarrollaron cáncer de mama. Asimismo, les realizaron un seguimiento clínico durante más de 9 años.

"Junto con estudios previos sobre este tema, este artículo sugiere que la vitamina D puede estar asociada con un menor riesgo de cáncer de mama, incluso entre las mujeres afroamericanas o latinas", señaló Katie O'Brien.

Desde hace varios años diversos grupos de científicos han estudiado los posibles vínculos de la vitamina D y su bajo consumo con diversas enfermedades como la diabetes, la presión arterial alta, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y, por supuesto, el cáncer.

Entre los principales hallazgos de los investigadores resalta el hecho de que en promedio tanto las mujeres afroamericanas como latinas tienen niveles más bajos de la vitamina que las mujeres anglosajonas.

Los investigadores también observaron que las mujeres con niveles adecuados tuvieron una tasa de cáncer de mama 21% inferior, comparado con las mujeres con deficiencia.

Quienes presentaron la mayor carencia con una tasa promedio de 48%, fueron las mujeres latinas; mientras que las afroamericanas tenían una tasa de 11% de insuficiencia de este nutriente.

Los pescados grasos como el salmón, atún y las sardinas; el hígado de res; los quesos, champiñones y la yema de huevo son algunos de los alimentos naturales que contienen vitamina D. También el cuerpo humano puede producirla de forma natural después de exponerse a la luz del Sol.

Se sabe que la falta de vitamina D puede generar una serie de problemas en la salud humana como la pérdida de densidad ósea, algo especialmente riesgoso para las mujeres, ya que son más propensas a sufrir osteoporosis. También puede desembocar en raquitismo y osteomalacia, que genera huesos débiles y debilidad muscular.

Los investigadores señalan en el artículo que se debería promover la ingesta de alimentos ricos en vitamina D, así como brindar tratamiento de ingesta de este nutriente, lo cual podría beneficiar la salud. Sin embargo, mencionan que aún se deben analizar los niveles de consumo más beneficiosos.

Embarazadas que contraen COVID-19 pasan anticuerpos a los fetos

La mayoría de las mujeres que contraen COVID-19 durante el embarazo transmiten anticuerpos a los fetos, señala una investigación presentada durante el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), que se lleva a cabo en Lisboa, Portugal.

La investigación llevada a cabo por un equipo de científicos italianos encabezados por Liliana Gabrielli, de la Universidad de Bolonia, estudiaron a más de 4 mil mujeres que dieron a luz en tres hospitales de Bolonia, Italia, entre el 1 de julio de 2020 y el 31 de marzo de 2021, antes de los procesos de vacunación anticovid.

Desde hace décadas se sabe que los anticuerpos contra las infecciones se transfieren de la madre al bebé durante los tres últimos meses del embarazo, lo que proporciona al recién nacido cierta protección contra esa enfermedad concreta. Sin embargo, se sabía poco sobre la transferencia de anticuerpos contra la COVID-19 de la madre al feto, tanto en poblaciones vacunadas como no vacunadas.

Se hicieron pruebas para la detección cualitativa de todas las clases de inmunoglobulinas protectoras. Tanto las mujeres como los recién nacidos se sometieron a pruebas de PCR para comprobar si estaban infectadas por COVID-19, también proporcionaron muestras de sangre que se analizaron en busca de anticuerpos, que proporcionan evidencia de infección pasada.

De las mujeres analizadas, se encontró a 136 (3,4%) que tenían anticuerpos contra la COVID-19 en la sangre, es decir, habían padecido la enfermedad. El 26% de estas mujeres tenían anticuerpos IgG (infección antigua) e IgM (infección más reciente/actual). El 74% de las mujeres tenían anticuerpos IgG pero eran negativas a los IgM.

Tanto la inmunoglobulina G o IgG como la IgM son dos de las cinco clases de anticuerpos humorales producidos por el organismo humano. La inmunidad humoral es el principal mecanismo de defensa del sistema inmunitario contra los microorganismos extracelulares y sus toxinas. Las IgG y IgM, no son células sino moléculas que atacan a los antígenos (microorganismos o sustancias invasoras). El anticuerpo IgG es la inmunoglobulina predominante en los fluidos internos del cuerpo, como la sangre, el líquido cefalorraquídeo y el líquido peritoneal.

Asimismo, la IgM no atraviesa la placenta, por ello, los investigadores solo encontraron anticuerpo IgG en 73 bebés recién nacidos, lo que indicó que no tenían COVID-19, pero los anticuerpos les habían sido transmitidos por su madre, en lugar de ser producidos por ellos mismos.

"La mayoría de estas mujeres transmitieron los anticuerpos a sus bebés”, señaló Gabrielli. “Sin embargo, la protección proporcionada por estos anticuerpos disminuirá gradualmente con el tiempo y desaparecerá a los 100 días del nacimiento, en la mayoría de los casos”.

Aunque la transferencia de anticuerpos fue alta, los niveles en los recién nacidos eran ligeramente inferiores a los de sus madres, señala la investigadora quien además informó que actualmente se llevan a cabo otros estudios para examinar la eficacia de los anticuerpos producidos por la vacunación y que son transmitidos de la madre embarazada al feto.

Comentarios y sugerencias: @abanav/ abanav@gmail.com y sapiensideas.com