OPINIÓN ARTURO BARBA

Los bosques del mundo se están acabando

Tan solo en 2021, el mundo perdió 11.1 millones de hectáreas de selvas tropicales primarias, equivalente a una tasa de 30 campos de fútbol por minuto.

En todo el mundo mil 600 millones de personas dependen directamente de los bosques para su sustento.
En todo el mundo mil 600 millones de personas dependen directamente de los bosques para su sustento.Créditos: pexels
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Como parte de los preparativos para la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se llevará a cabo del 6 al 18 de noviembre, en Sharm el-Sheikh, Egipto, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la compañía Climate Focus señalan que los bosques están desapareciendo a un ritmo extraordinario y obstinadamente persistente.

Tan solo en 2021, el mundo perdió 11.1 millones de hectáreas de selvas tropicales primarias, áreas de importancia crítica para el almacenamiento de carbono y la biodiversidad, equivalente a una tasa de 30 campos de fútbol por minuto.

De acuerdo con dos informes sobre bosques y clima, a menudo ocurre que los formuladores de políticas tanto desde los congresos como desde los gobiernos, existe una visión limitada sobre el rol que juegan los bosques en la regulación del clima y se centran más en sus efectos en el almacenamiento del carbono, pero los bosques son mucho más que almacenes de carbono.

En todo el mundo mil 600 millones de personas dependen directamente de los bosques para su sustento. Proporcionan alimentos, medicinas, madera, fibra y empleo; moderan los flujos de agua dulce, limpian el aire e influyen en las precipitaciones regionales.

Asimismo, son el hogar de millones de indígenas, albergan la mayor biodiversidad del planeta y juegan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, por lo que los otros 6 mil 200 millones de habitantes del planeta dependemos indirectamente de ellos.

Sin embargo, la mayoría de los países pasan por alto los beneficios de los bosques y la cobertura arbórea cuando diseñan los planes de respuesta climática tanto a nivel internacional –como ha ocurrido en algunas de las reuniones sobre el
Cambio Climático de las Naciones Unidas–, como en las políticas internas de cada país; lo que conforma una oportunidad perdida de llevar a cabo medidas globales y locales sostenibles.

Los bosques son fundamentales en la producción de alimentos, la salud humana y las esfuerzos de respuesta climática, y estos impactos deben integrar las acciones y políticas necesarias para reconocer todos sus beneficios en la estabilización del
clima tanto en escalas locales como globales y en la mitigación del aumento de la temperatura global.

Pero los bosques y su capacidad para proporcionar estos beneficios, están amenazados. La expansión de la agricultura, la minería, la extracción ilegal y legal de madera y otras prácticas no sostenibles está destruyendo y degradando los
bosques de todo el mundo.

En la COP26, llevada a cabo en Glasgow, Escocia, el año pasado, se presentó la “Evaluación de la Declaración Forestal” orientada a evaluar el progreso de las acciones orientadas a eliminar la deforestación y restaurar los bosques, sin embargo, lejos de disminuir su destrucción ha aumentado.

La deforestación tiene implicaciones en las políticas de agricultura, agua y salud pública a escala local, regional y nacional, y su pérdida tiene efectos globales y locales en el calentamiento global, especialmente la pérdida de bosques tropicales, como la ocurrida en México debido a obras públicas como el Tren Maya y la agricultura industrial.

“La Evaluación de la Declaración Forestal” que anteriormente se llamaba “la Evaluación del Progreso de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques”, evalúa el progreso global con el objetivo de detener la deforestación y restaurar la tierra degradada para 2030, como acción crítica para limitar el incremento de la temperatura en 1.5°C establecido en el Acuerdo de París.

Uno de los aspectos más importantes de esta evaluación es el papel de la sociedad civil en la implementación de políticas y programas orientadas a la protección forestal por parte de los países y las  empresas, y la aplicación de leyes
forestales y la gobernanza de los bosques.

Por ejemplo, el programa “Sembrando Vida” del gobierno mexicano actual u otros como “ProÁrbol” del gobierno calderonista, nunca consultaron a las comunidades campesinas o indígenas y tampoco a los expertos en este campo de diversas instituciones académicas y científicas, por lo que son y fueron programas en los que la sociedad civil no intervino en su planeación e implementación y, por lo mismo, su impacto y efectos carecieron y carecen de sostenibilidad y viabilidad, como lo han señalados diversos informes independientes.

El Programa de Bosques del WRI tiene como objetivo conservar y restaurar los bosques para obtener beneficios tan diversos como la identidad cultural, la biodiversidad, la captura de carbono, la seguridad del agua y el suministro de madera y ha demostrado que por cada dólar invertido en la restauración del paisaje boscoso produce hasta 30 dólares en beneficios.

Desde el año 2000 el 11% de la cobertura forestal mundial se ha perdido, sin embargo, diversos estudios científicos como “Bosques sostenibles para las personas y el planeta” (https://www.wri.org/forests), demuestran que las soluciones basadas en la propia naturaleza, es decir, solo la conservación de los bosques, pueden generar un tercio de las reducciones de emisiones globales de gases de efecto invernadero necesarias para combatir el cambio climático para 2030.

Muchos de los bosques del mundo están siendo dañados y degradados o, incluso, están desapareciendo por completo por lo que se pierde su capacidad para proporcionar bienes tangibles y servicios ecológicos esenciales, incluido el hábitat para la biodiversidad, el almacenamiento de carbono y la moderación de los flujos de agua dulce, pero a nivel global están más amenazados que nunca. Sin embargo, toda y todo ciudadano puede contribuir a cambiar esta situación.

Comentarios y sugerencias: @abanav, abanav@gmail.com y sapiensideas.com