Vivir y sentir en pandemia

Otra de las pandemias que hemos de enfrentar es la crisis de la salud mental y emocional que silenciosamente avanza y permea en los diferentes sectores sociales del país.

Covid/Foto: Pixabay
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Abrimos el segundo año de pandemia. El 2022 inicia en el mundo \u2013y México no es la excepción\u2013 con una nueva ola del covd-19. Quizá otros son los sentimientos, las condiciones y los síntomas físicos, de salud y emocionales a diferencia del enero del 21 en que no había vacunas, tampoco tanta información y conocimiento del comportamiento del virus. A todos nos tomó por sorpresa la forma rapaz, agresiva, definitoria en que se comportó el curso de esta crisis sanitaria en el cuerpo, en la sociedad y las políticas de los países.

El célebre Nietzsche afirmaba que la enfermedad y muerte más que ser parte de la vida, eran la vida misma, es una forma de ser de la existencia. Y cuando pensábamos haber dominado el mundo, la globalización tecnológica nos hizo imaginarnos invencibles, todopoderosos por estar sobreinformados. Esa misma soberbia fue nuestra condena, el mundo intercomunicado nos hizo rápidamente proclives a ser victimas de un virus que viajo con la misma velocidad con que nos informábamos de más y más casos.

En este invierno, una nueva variante: Ómicron nos amenaza una vez más, nos advierte la frágil condición humana que tenemos hoy día, pero la esperanza de las vacunas nos permite resistir la batalla pandémica, considerando lo incierto de la evolución y resistencia que los organismos podamos desarrollar para enfrentar esta condición de salud pública y global. Con eso estamos aprendiendo a vivir\u2026

Vivir con Covid/Foto: Pixabay

El sentimiento de vulnerabilidad que nos ha heredado estos dos años de covid-19 es otro de los asuntos que la salud mental en el mundo enfrenta con silencios cada vez más sonoros: violencia, depresión, crisis emocionales, físicas, trastornos y secuelas que aún no se pueden ordenar y clasificar, ofrecer mecanismos o paliativos. Son los otros agentes simbólicos y físicos del malestar de la pandemia.

En este sentido, México como otros países, ha evidenciado en estos dos años, las enormes crisis de salud pública y su falta de atención: obesidad, diabetes, hipertensión, desnutrición y depresión. Aunado a la otra pandemia social: la violencia y enfermedades mentales que los habitantes de grandes ciudades comenzamos a sufrir como consecuencia de la acelerada vida colectiva y el aislamiento que la tecnología generó.

Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud en el rubro América Latina, destaca que Norteamérica enfrente entre sus crisis de salud pública: el sobrepeso, la obesidad y la depresión factores que han puesto en jaque al momento de enfrentarse con una pandemia como la reciente. Además de la ansiedad y el aislamiento como factores de violencia de género que aqueja a nuestro país.

En México una de cada tres mujeres, han padecido en estos dos últimos años violencia de género, en casa, en la calle, en los hospitales, en las instituciones del Estado. Por lo que el llamado a las autoridades y a las instituciones: familia, escuela, religión y empresas es a detectar, denunciar y apoyar cualquier síntoma que exprese violencia: verbal, simbólica, emocional, física.

La otra de las pandemias que hemos de enfrentar es la crisis de la salud mental y emocional que silenciosamente avanza y permea en los diferentes sectores sociales del país. Junto con las vacunas, los cuidados, las medidas de protección que hay que tomar frente a esta pandemia, la salud emocional y mental debe ser otro de los temas a vigilar y cuidar, atender y proteger en este 2022.