Lengua(s) original(es)

Antes de la confusión de Babel, ¿qué idioma hablaban los hombres? Algunos creen que aquello que llamamos ahora hebreo no es sino la lengua adánica, aquella hablada por Adán y Eva en el Paraíso.

Lengua(s) original(es) / Foto: Ilustrativa -Pixabay
Escrito en OPINIÓN el

¿Vieron la película Babel (2006) de González Iñarritu? Tiene lugar en Marruecos, Japón, Estados Unidos y México. ¿Saben por qué lleva ese nombre?

En el libro del Génesis nos encontramos con un episodio fascinante: la confusión de las lenguas. De acuerdo con el libro bíblico, antes de la confusión se hablaba un solo idioma en toda la tierra. El común entendimiento hizo posible que los hombres se unieran en la ejecución de un solo proyecto: construir una torre que llegara hasta el cielo. Dios, nos dice el Génesis, confundió sus lenguas para que no se entendieran entre ellos y su proyecto fracasara.

Y así fue. Todos los que se habían unido dejaron de entenderse y pronto se dispersaron hacia los diversos confines de la tierra. La ciudad donde ocurrió esto se llamó Babel, pues en hebreo esta palabra suena como el verbo que significa \u2018confundir\u2019.

Quedémonos con la idea de que hubo un momento en que existió una sola lengua. ¿Cuál era? ¿Existe aún? De acuerdo con algunas tradiciones, judía y católica especialmente, esta lengua habría sido la hebrea. San Agustín de Hipona (354-430) considera que la lengua única de la humanidad, antes de Babel, habría sido aquella hablada por Heber, tataranieto de Noé.

Una tradición judía sostiene que Heber estuvo presente cuando los pueblos se unieron para construir la Torre de Babel, pero él se negó a participar. Por esta razón, él y su familia conservaron el idioma original. El hebreo recibiría este nombre en recuerdo de Heber. Si el hebreo es la lengua original de la humanidad, ¿es la lengua de Dios?

San Isidoro de Sevilla (c. 556-636) considera, con bastante cautela, que no es fácil determinar en qué lengua habló Dios cuando creó al mundo. Es difícil, asimismo, determinar en qué lengua le habló a los primeros hombres y a los profetas.

En todo caso, concluye san Isidoro, ni Dios ni los ángeles requieren de una lengua para comunicarse entre sí. Sin embargo, Dios puede hablar cualquier lengua para comunicarse con sus criaturas, porque Él es omnisciente. Pero la necesidad de lengua no es de Dios, sino de los hombres.

Antes de la confusión de Babel, ¿qué idioma hablaban los hombres? Algunos creen que aquello que llamamos ahora hebreo no es sino la lengua adánica, aquella hablada por Adán y Eva en el Paraíso. La misma que Adán habría hablado para nombrar a los animales y para hablar con Dios. Pero, ¿Adán aprendió tal lengua de Dios o la inventó él y Dios le siguió la corriente?

idioma hebreo
Lengua(s) original(es) / Foto: Ilustrativa -Pixabay

No sabemos si Adán se inventó un idioma. Si así fuera, ¿podríamos decir que hay un idioma natural que brota espontáneamente del ser humano? ¿Cómo saberlo? Bueno, Psamético (663-609 a.C.), rey egipcio, realizó un cruel experimento que podría echar luz sobre el tema. Psamético se preguntaba quiénes eren los hombres más antiguos: los egipcios o los frigios.

Para acabar con su duda, Psamético entregó a un pastor dos niños recién nacidos para que los llevara lejos y los criara de la siguiente manera: nadie debía pronunciar palabra frente a ellos y debían permanecer aislados en una cabaña. Sólo se les llevaría una cabra en un horario determinado para que se alimentaran de leche.

¿Qué esperaba sacar Psamético de todo esto? Quería saber cuál era la primera palabra pronunciada por los niños cuando abandonaran los gemidos y el llanto. Dos años pasaron y se le anunció al rey que los niños pronunciaban la palabra bécos cuando el pastor los visitaba para asegurarse de que estuvieran bien.

Resultó que bécos era como los frigios llamaban al pan. Psamético concluyó que los frigios eran más antiguos que los egipcios. ¿Será, entonces, que el frigio es el idioma natural del ser humano? No necesariamente. Los niños podrían estar imitando algún sonido y no necesariamente estar pidiendo pan.

Aunque Psamético no se preguntaba por la lengua original sino por el pueblo más antiguo, su curiosidad se dirigía a un asunto fascinante: el origen más remoto de lo humano. Origen que se identifica con la naturaleza, la esencia, de todos los hombres.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

(Karla Aguilar y Héctor Zagal, coautores de artículo, son conductores del programa de radio "El Banquete del Dr. Zagal")

Temas