¡Qué viva la revolución… con mujeres vivas!

Desde Madero hasta Álvaro Obregón la historia se cuenta en masculino, apenas y se asoman nombres de mujeres revolucionarias.

Escrito en OPINIÓN el

Hoy es 20 de noviembre, conmemoración del inicio del movimiento armado más importante en nuestro país en el siglo XX: La Revolución Mexicana, que por espacio de una década se trazaron con pólvora y sangre los ideales y Derechos Humanos que hoy conforman la Constitución firmada en 1917. Tras un siglo modificándose y reformando sus principios. Desde Madero hasta Álvaro Obregón la historia se cuenta en masculino, apenas y se asoman nombres de mujeres revolucionarias, que con el tiempo han tenido vida propia, actos heroicos y reconocimiento de sus acciones en favor a las causas sociales en los archivos, en los libros y la memoria colectiva más allá de los corridos. A ellas, y otras tantas mujeres mexicanas anónimas las que siguen peleando por un México sin la dominante, violenta, homicida e impune presencia de hombres que hasta contamos desde 2005 hasta el 2020, 4553 mujeres víctimas de feminicidio. Esta es la otra revolución que no ha concluido: la machista, la que suma muertes, violencia, agresiones, vejaciones a impunidad: la de las mujeres en México.

Carmen Serdán, su hermana Natalia, su madre Carmen y cuñada Filomena del Valle junto con los hermanos Aquiles y Máximo, conformaron el Partido Nacional Antirreleccionista y desde Puebla iniciaron el movimiento armado revolucionario, pagaron con sangre sus ideales \u2013 tras la muerte de Máximo\u2013 convocaron a otras, fueron mensajeras, llevaban entre las enaguas armamento y municiones, ideales y convencidas que había que había otra manera de gobernar se manifestaron en contra del porfiriato y más tarde de Victoria Huerta. Publicaron diarios, gacetas y no cesaron de alzar la voz, de conformar grupos femeninos revolucionarios y en 1914 tras los acuerdos con Carranza se retiraron viudas todas a su vida privada.

En el norte, un grupo numeroso de mujeres periodistas, enfermeras y soldaderas conforman un cuadro importante de colectivo femenino y feminista: Juana Belén Gutiérrez, a quien se le debe el reconocimiento de pelear por la participación política, social y del voto de la mujer. El nombre de Luz Corral es parte de la memoria revolucionaria en Chihuahua quien reunía el armamento y a otras mujeres para el ejército de villista. El Durango, el caso de Dolores Jiménez y Muro es excepcional, ideóloga, periodista y feminista revolucionaria desde la cárcel y desde los campos de acción tomo voz, conformó planes en favor de las mujeres, la educación, reformas obreras y campesinas. Llevó hasta sus últimas consecuencias sus ideales de justicia social sumándose al movimiento zapatista. Margarita Neri es de las pocas mujeres que conformó un ejército propio y condujo por Tabasco y Guerrero a una tropa que llegó a sumar a más de 1000 hombres, aunque las fuentes documentales no son claras, se sabe que ella inspiró a otras tantas como Adela Velarde o la misma Amelia Robles quien comenzó sumándose a las fuerzas zapatistas como mujer, al ser rechazada, Robles, prefirió el pantalón, el atuendo masculino y se llamado Amelio, así en su nueva identidad se condujo en la revolución y en su vida, como coronel, los anales del ejército recuperan la historia del coronel Amelio Robles, quizá de los pocos casos transgénero que dio la lucha de 1910.

Hoy se conmemoran 111 años del inicio de la Revolución Mexicana, con sus héroes y caudillos, con las instituciones que emanaron de esa lucha armada, con los nombres en letras de oro de hombres y muy pocos de mujeres. Orgulloso el Estado Mexicano honra a ellos, fomentando la cultura machista de la historia nacional, aunque en el campo de batalla, en la vida cotidiana, en los archivos están ahí también las mujeres de la revolución, a las que la lucha no ha concluido, aquellas que siguen padeciendo de un sistema judicial corrupto, insensible, injusto. Razón que lleva a la sinrazón de 2 feminicidios por día en nuestro país; 758 víctimas al año y en los últimos cinco años, acumulados 4553 mujeres muertas por violencia de género sin justicia, sin leyes, ni instancias capaces de frenarlo, sin contar los homicidios dolosos que en los últimos seis años han dejado casi 15 mil casos, es decir 7 al día. Hombres culpables, responsables de agresiones, violencias diversas y asesinatos, libres, sin ley que se les aplique, mientras se suman en las casas, en las escuelas, oficinas, en las calles, en los ministerios mujeres agredidas o muertas. Para ellas, las promesas de equidad, seguridad, justicia y derechos humanos de aquella revolución no ha llegado.

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