La terca memoria

No han sido suficientes las marchas, las pintas, las manifestaciones, las voces alzadas y reclamos para que el gobierno deje atrás la descarada ignorancia a las demandas de justicia ante la violencia que viven las mujeres.

Protesta feminista. Foto: Cuartoscuro
Escrito en OPINIÓN el

¡Que se lea desde lo lejos y se escuche desde la distancia los nombres de las mujeres sin justicia! Exclaman los colectivos de feministas que buscan hacer visible para el gobierno y la ciudadanía la deuda histórica, la crisis actual y los feminicidios sin resolver que el Estado esconde debajo de las múltiples carpetas de investigación y denuncias acumuladas en ministerios públicos y oficinas especialistas en atención a delitos de género en todo el país.

No han sido suficientes las marchas, las pintas, las manifestaciones, las voces alzadas, los silencios y reclamos que por décadas y -en los últimos años- más agudos, más estruendosos, más definitivos, han dado batalla a los años de descarada ignorancia a sus demandas y resoluciones reales con apego a las leyes y la empatía de las víctimas y sus familias, donde las mujeres en colectivo y en lo individual han demandado como una justa y necesaria respuesta a la justicia que establecen las leyes nacionales e internacionales cuando se agrede, violenta, desaparece, asesina y tortura a las mujeres.

En semanas pasadas, cuando los colectivos de mujeres que buscan respuestas, justicia y empatía por parte del Estado mexicano tomaron la antigua glorieta de Colón para colocar la antimonumenta con el objeto de mantener viva la deuda histórica, la terca memoria de la injusticia y el ninguneo con que las autoridades han respondido al tapiar Palacio Nacional, borrar los nombres de las víctimas en las vallas de la glorieta o ahora mostrar la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México nulo eco a sus demandas de renombrar aquella rotonda como Glorieta de las Mujeres que luchan.

Ante esta exigencia, el silencio, la ignorancia, el diálogo roto, la vista del otro por parte de los y las tomadoras de decisiones en temas de derechos humanos.

Si la primicia del Estado es que los monumentos, plazas y recintos históricos son ejes simbólicos donde se expresa la voluntad memoriosa y tributo a las causas, la de las mujeres que por décadas han luchado por la justicia ante la cada vez más radical violencia hacia ellas en todas sus formas y expresiones, entonces debe estar presente en ese símbolo monumental el reclamo y la denuncia, como eje simbólico de mínima empatía y compromiso por esclarecer, proteger, garantizar y promover el respeto a los Derechos Humanos de las mujeres y sumar al paseo de bronces gloriosos donde hace poco más de un siglo Diaz convirtió el bulevar en recinto heroico, ahora, sea sitio de las luchas de la terca memoria, la que no olvida y reclama justicia, junto con los otros antiminumentos como el de los niños de la guardería ABC, de los 43 desaparecidos, la antiminumenta debe estar ahí en una rotonda que al paso diario de transeúntes y automovilistas en su pedestal nos recuerde la deuda de justicia social.

De fondo, las autoridades de este país tienen un complejo entramado de fuerzas con respecto al cumplimiento y garantía de los Derechos Humanos que deben ir junto con la impartición de justicia, averiguaciones, aplicación de la ley y castigos ejemplares a los responsables, lo que hace romper con los eslabones de complicidades, el cambio de cultura machista y de poder masculino sobre las mujeres y todas las expresiones de discriminación hacia la diversidad sexual que son objeto de violencia e impunidad.

Esta cadena reforzada por sexenios no hay hasta el momento ni autoridad, ni partido, ni gobierno que asuma el compromiso de romper y verdaderamente asumir la responsabilidad de hacer justicia en cada caso; ¿acaso la actual jefa de gobierno, siendo mujer y autoridad, no podría ser más empática con este tema que atañe a su género y a sus funciones públicas?\u2026 solo el silencio es la respuesta.

Los colectivos de mujeres que han trabajado y exhibido los enormes rezagos que en materia de justicia social de género han demostrado, presentado por décadas ante las comisiones mustias y sin compromiso han llevado a esta necesidad de hacer público, evidente y creado las condiciones para que en el Paseo más simbólico e histórico de la Ciudad de México una glorieta con su antiminumenta para que la terca memoria sea un recordatorio de la desuda historia.

Abramos la discusión.

@salmazan71