Amigo de lo ajeno

La Casa de la Manita es una antigua casa colonial cuya entrada en diagonal está adornada con un estilo barroco.

La Casa de la Manita, Centro Histórico de la CDMX / Foto: Cuartoscuro
Escrito en OPINIÓN el

¿Conocen "La casa de la manita"? Se encuentra en la esquina de Jesús María y Manzanares, en una de las esquinas de la Plaza Alonso García Bravo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. No es un salón de manicura ni de quiromancia, sino una antigua casa colonial cuya entrada en diagonal está adornada con un estilo barroco. En las primeras décadas del siglo XX, esta casa operaba como fábrica de chocolates y dulces; después fue una tienda de abarrotes y, probablemente, también albergó una vinatería. Sea lo que fuera que uno pudiera comprar en esta casa, sabemos que, al menos desde el siglo XX, ha sido conocida como "La casa de la manita". El nombre se debe a que debajo de la hornacina que remata la entrada de esta casa cuelga una mano de piedra que parece haber sido atravesada por un clavo. ¿A qué se debe tan extraño detalle? Les cuento la historia.

Corría el mes de abril de 1823 cuando José María Salinas se encontraba agazapado dentro del Convento de la Merced. En las sombras esperaba que el fraile mercedario acabara de una buena vez su inspección nocturna del altar y cerrara tras de sí las puertas del templo. Después de que el fraile por fin salió hacia el claustro para dormir en su celda, José María Salinas salió de su escondite y se apresuró a encender uno de los cirios. Aunque era poca, esa luz era suficiente para reconocer los tesoros que guardaba el convento. Sin pensarlo dos veces abrió los sagrarios y tomó los copones de plata y oro macizo. Tomó también la custodia de oro con incrustaciones de diamantes no sin antes devorarse sacrílegamente la hostia. Ya con un poco más de energía, José María Salinas trepó hasta la Virgen y la despojó de su corona. De nada sirvieron las miradas de los santos, del niño Dios, de la Virgen; la ambición de nuestro ladrón era mucho mayor que el temor al fuego del infierno.

Los siguientes días, José María Salinas buscó a quienes pudieran ayudarlo a desmontar las piedras preciosas y a venderlas sin levantar sospechas. Parece que todos los involucrados en la venta y compra de los tesoros del Convento de la Merced cumplieron con el silencio necesario para este tipo de empresa. Sin embargo, José María Salinas fue menos cuidadoso con su manera de gastar y con su lengua. Los repentinos lujos de este nuevo rico convencieron a las autoridades y al pueblo entero de que fueron sus manos las que saquearon la casa de Dios. La indignación del pueblo apuró la sentencia y José María Salinas fue condenado a muerte. Pero antes del día de su ejecución, José María Salinas perdió su mano derecha de un hachazo entre los gritos de una multitud enloquecida. Dicen que esta mano fue clavada y exhibida, todavía escurriendo sangre, en el atrio del Convento de la Merced.

La mano de José María Salinas se mantuvo en lo alto de una pica en el atrio y aunque se colocó un tinglado para protegerlo del sol, poco a poco se fue secando y ennegreciendo. Eventualmente sólo quedaban unos huesos marchitos expuestos. Dicen que una curandera los tomó para molerlos y hacer con ellos algún tipo de magia negra. Pero pronto los restos de la mano fueron reemplazados por una mano de bronce. Años después, ésta también desapareció. Entonces se mandó inmortalizar el castigo a los ladrones en una escultura de piedra: aquella que da el nombre a "La casa de la manita". ¿Conocían esta leyenda?

Cortar la mano del ladrón es uno de los castigos más antiguos de la humanidad. El Código de Hammurabi (1750 a.C.) contempla castigar el hurto cortando las manos del culpable. Pero no es el único crimen que tiene como castigo perder una mano; también perderá su mano aquel hijo que golpee a su padre y el médico que realice una cirugía que acabe con la vida del paciente.

Hoy, en la mayoría de los países este tipo de mutilaciones está prohibida. Pero aún hay países que la practican y, para no ir más lejos, ¿se acuerdan de un político mexicano que hace unos años proponía "mocharle la mano" a los delincuentes? Sin comentarios

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

(El autor es conductor del progama de racio "El Banquete del Dr. Zagal" y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)