¿Pudiera Donald Trump ser acusado de traición a la patria?

De la tinta de Mina Magallón.

Escrito en OPINIÓN el

El 20 de noviembre el embajador estadounidense ante la Unión Europea, Gordon Sondland, testificó, sin morderse la lengua, que tanto Trump como el Secretario de Relaciones Exteriores, Mike Pompeo, estaban involucrados con Rudy Guliani, antiguo alcalde de Nueva York, quien funciona ahora como abogado personal de Trump quien estaba coordinando la estrategia para que Ucrania no recibiera el dinero ni la visita a la Casa Blanca sino hasta que el presidente Zelensky informara públicamente que estaban investigando la empresa de gas Burisima en la que el hijo del exvicepresidente Joe Biden era miembro de la mesa directiva. El embajador Sondland expuso en la audiencia pública lo siguiente:

"En las pruebas que están en mi expediente, existe copia de un correo electrónico de fecha 19 de julio que yo envié al Secretario de Relaciones Exteriores, Mike Pompeo, al Secretario de Energía, Rick Perry, al jefe de la oficina del secretario, Perry Brian McCormack, al jefe provisional de la Casa Blanca, Mick Mulvaney y al jefe de asesores del señor Mulvaney, Robert Blair. Todos ellos fueron informados en mi correo que yo me había comunicado con el equipo de Zelensky para informarles que era condicionante el que "llevaran a cabo una investigación totalmente transparente" (…) que iba a ser un requerimiento en la llamada con el presidente Trump".

El 21 de noviembre Fiona Hill, quien renunció a su cargo en julio como máxima especialista en asuntos con Rusia quien fungía como Consejera de Seguridad Nacional, testificó:

"algunos de ustedes en este comité parecen creer que de alguna manera y por alguna razón, Ucrania fue quien realizó una campaña contra las elecciones democráticas en 2016. Esta es una narrativa ficticia que ha sido perpetrada y propagada por los propios servicios de seguridad rusos. No hay la menor duda que fueron los rusos quienes sistemáticamente interfirieron en la elección presidencial del 2016, según el reporte que nuestras agencias de inteligencia presentaron ante el Congreso. Dicho reporte fue confirmado por ambos partidos políticos".

Con estos dos testimonios muchos pensarían que Trump pudiera ser acusado en el juicio político de traición a la patria como lo estipula el Artículo II, sección 4 de la Constitución federal de los EEUU que establece: "El presidente, el vicepresidente y cualquier funcionario será removido de su cargo si en el impeachment o juicio político se le condena por traición, soborno u otros delitos graves o delitos menores".

La Suprema Corte de Justicia de los EEUU en 1945 en el asunto Cramer v. United States, resolvió que para que exista traición debe de existir una actividad que presenta dos elementos necesarios: el dar ayuda y dar alivio. El connotado ministro de la Suprema Corte, Jackson, manifestó que los fundadores de los EEUU que firmaron la Constitución tenían como objetivo con la sección 4 el prevenir: (1) perversión por autoridad establecida para reprimir a la oposición política; y (2) culpar a inocentes como resultado de perjurio, pasión, o evidencias insuficientes. La corte resolvió que no puede existir traición a menos que la actividad del acusado demuestre que dio ayuda y que además procuró dar alivio al enemigo. A partir de esta sentencia dictada en 1945, el gobierno federal no ha presentado ni una sola acusación de traición a la patria sino hasta el 2006, ya que la mencionada sentencia en Cramer hizo que fuera muy difícil el probar la existencia de los dos elementos que se requieren para que exista la traición. No obstante, EEUU se vio envuelto en la guerra con Corea, en Vietnam, el conflicto en el golfo pérsico y la guerra contra Irak, no hubo ninguna acusación por traición. No es sino hasta el 2006 que el gobierno federal presentó acusación por traición en contra de Adam Gadahn, un ciudadano norteamericano, quien se alega proporcionó ayuda y alivio a Al-Qaeda dentro y fuera de los EEUU con la intención de traicionar a los Estados Unidos. La acusación se basó en parte en la producción de varios videos producidos por Al-Qaeda entre octubre del 2004 y septiembre del 2006, en el que aparece Gadahn junto con Osama Bin Laden y Ayman Al-Zawahiri, manifestando su apoyo a la organización terrorista y glorificando los ataques de 11 de septiembre en Nueva York. Hoy en día Gadahn sigue en lista de los diez terroristas más buscados por la justicia americana, que de seguro se encuentra escondido en una cueva en Afganistán.

Leemos que, en base a la interpretación que dio la Suprema Corte de Justicia al concepto de traición, seguramente el Congreso no acusará a Donald Trump por este delito.

En la siguiente nota escribiremos si de acuerdo con la ley, Trump pudo haber cometido el delito de soborno.

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