Con un llamado a la unidad, la gratitud y el perdón, la Arquidiócesis de Monterrey celebró este domingo una solemne eucaristía en la Catedral Metropolitana en honor al Papa Francisco, en el marco del Domingo de la Misericordia.
La ceremonia, presidida por el Arzobispo de Monterrey, reunió a autoridades civiles, líderes religiosos, fieles de distintas parroquias y representantes de comunidades vulnerables.
El acto litúrgico fue descrito como una oportunidad de agradecimiento al Papa Francisco, expresó el Arzobispo Rogelio Cabrera López.
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En su mensaje, agradeció la presencia de funcionarios estatales y municipales, sacerdotes, obispos auxiliares, religiosas y monaguillos, destacando la unidad del pueblo de Dios en torno a una figura que, según dijo, "nos acompañó durante una historia tan complicada de nuestro mundo".
Durante su homilía, el arzobispo pronunció palabras de reconocimiento hacia el pontífice recién fallecido.
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"Hemos querido, en este Domingo de la Misericordia, agradecerle al Papa Francisco. Decirle: gracias por estos 12 años que, junto con nosotros, transitó esta historia tan complicada de nuestro mundo. Estamos muy agradecidos con él".
También dedicó un espacio al arrepentimiento colectivo, al lamentar las actitudes de quienes, dentro o fuera de la Iglesia, han sido críticos o irrespetuosos con el Papa:
"También quiero pedir perdón al Papa Francisco, porque muchas personas, por razones que nunca entenderé, lo insultaron, le faltaron al respeto".
El mensaje fue recibido con atención por los asistentes, muchos de los cuales asentían con los rostros conmovidos.
"Hoy, pues, le decimos al Papa: muchas gracias. Pero también le pedimos perdón. En este mundo tan polarizado y plural, es difícil servir, es difícil guiar a la Iglesia", añadió.
La paz y el perdón fueron otras de las virtudes que el arzobispo asoció directamente con el Papa Francisco, destacando su llamado constante a rezar por los países en guerra y por los hogares que sufren divisiones.
La misa concluyó con una bendición especial a los enfermos, a quienes se encuentran privados de su libertad y a toda la comunidad presente. Cabrera López hizo un llamado a encarnar los valores que definieron el pontificado de Francisco en la vida diaria:
"Vamos a pedir a Dios para que el mundo, para que ustedes y yo, tengamos rostro de misericordia. Seamos compasivos, seamos buenos compañeros de viaje y también siempre trabajemos por la paz".