MUERTE DEL PAPA

Así fue la última visita del Papa a Monterrey, Nuevo León, hace 34 años

Juan Pablo II ha sido el único Papa que visitó Monterrey en dos ocasiones y cuyo recuerdo vivirá por siempre en la memoria de los regiomontanos.

El Papa Juan Pablo II centró su mensaje en favor de los trabajadores y migrantes del norte del país.
El Papa Juan Pablo II centró su mensaje en favor de los trabajadores y migrantes del norte del país.Créditos: www.arquidiocesismty.org
Escrito en NUEVO LEÓN el

La muerte del Papa Francisco ha removido los recuerdos de los creyentes regiomontanos y el paso de sus antecesores por Monterrey.

Hasta el momento, Juan Pablo II ha sido el único representante de la iglesia católica que visitó en dos ocasiones la Sultana del Norte.

La última ocasión en que el Sumo Pontífice realizó una gira por el estado fue en mayo de 1990, cuando coronó a distancia a la Virgen de Fátima y a la Virgen de San Juan de los Lagos.

El Papa solo realizó este protocolo de manera personal ante la Virgen de la Inmaculada Concepción, conocida como la Virgen Chiquita y Protectora de Monterrey, llamada también la Virgen de La Purísima.

Así fue la primera visita de Juan Pablo II

El 31 de enero de 1979 el Papa Juan Pablo II visitó por primera vez la ciudad de Monterrey. El Papa llegó en una tarde nublada, en pleno invierno, pero como situación calificada milagrosa por algunos fieles, se despejaron las nubes justo antes de que Juan Pablo II pusiera un pie encima de la losa del puente San Luisito.

El jerarca religioso dirigió un mensaje dedicado a los trabajadores ante una multitud de 300 mil personas donde desde ese entonces se reconocía el espíritu pujante de los regiomontanos y la calidez de su gente.

“Les agradezco de corazón esta acogida tan calurosa y cordial en vuestra ciudad industrial de Monterrey. En torno a ella discurre vuestra existencia y se desarrolla vuestro trabajo diario para ganaros el pan y el pan de vuestros hijos. Ella es testigo también de vuestras penas y de vuestras aspiraciones. Ella es obra vuestra, obra de vuestras manos y de vuestra inteligencia, y en este sentido símbolo de vuestro orgullo de trabajadores y un signo de esperanza para un nuevo progreso y para una vida cada vez más humana”.

“Me siento feliz de encontrarme entre vosotros como hermano y amigo vuestro, como compañero de trabajo en esta ciudad de Monterrey, que es para México algo parecido a lo que significa Nueva Hutta en mi lejana y querida Cracovia”.

“He compartido las necesidades de los trabajadores, sus justas exigencias y sus legítimas aspiraciones. Conozco muy bien la necesidad de que el trabajo no enajene y frustre, sino que corresponda a la dignidad superior del hombre”, dijo el máximo representante de la iglesia católica al visitar tierras regias.