Todo por un abrazo
Romeo no estaba dispuesto a esperar más tiempo para poder abrazar a su familia a pesar del cierre de fronteras.

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Por Oscar Balderas
¿Qué estaría usted dispuesto a hacer por volver a abrazar a su abuela? Bueno, un niño de 10 años caminó 2 mil 735 kilómetros para volver a tocar a su segunda madre. Romeo Cox llevaba ya un año y medio sin ver a su abuela y el cierre de fronteras en Europa amenazaba con extender ese tiempo sin abrazos.
Pero Romeo no estaba dispuesto a esperar un día más y le anunció a su familia que había tomado la determinación de caminar desde su casa en Italia hasta la de su amada abuela en Inglaterra.
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Y aunque su familia le dijo que no unas 50 veces, la terquedad del niño doblegó a su papá, un periodista corresponsal de guerra, quien decidió acompañarlo en la travesía. En total, caminaron 93 días a falta de aviones y trenes, atravesando Suiza y Francia.
Aquel viaje que comenzó el 20 de junio en Sicilia concluyó en Londres el 21 de septiembre. Y tras dos semanas de obligatoria cuarentena, papá e hijo llegaron, a pie, hasta la puerta de la abuela y se dieron, finalmente, ese anhelado abrazo.