Un año y siete meses después, el cuerpo de Cristian Marcelino Trinidad Francisco, de 21 años de edad y enfermero, no ha sido entregado a su familia y en dos ocasiones les han dado restos que no corresponden al del joven que desapareció el 20 de julio del 2020.
Esta historia es un ejemplo de la revictimización y negligencia de las autoridades de seguridad y justicia a partir de una desaparición presuntamente forzada.
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Cristian Marcelino, originario del municipio mazahua Villa Victoria radicaba en Toluca porque trabajaba en el "Hospital Mónica Pretelini", justo en el primer embate de la pandemia de COVID-19. Por prestar sus servicios en área de alto contagio sus vecinos los rechazaban, incluso el día de su desaparición fue golpeado por varios sujetos en la delegación de la Nueva Oxtotitlán, en la capital mexiquense. Tras estos hechos lo subieron a una patrulla municipal y a partir de ahí no se supo más de su paradero.
41 días después la familia Trinidad Francisco recibió una llamada de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) para informarle que Cristian había sido encontrado sin vida y su cuerpo estaba en el Semefo de Tlalnepantla, pero los restos del joven fueron hallados u2013según la misma versión de la FGJEM– desde el 26 de julio del 2020 en Huixquilucan, es decir, seis días después de su desaparición.
Desde el momento en el que Cristian ya no fue localizado su hermana Rosalba se hizo cargo de la búsqueda en todas las instancias y ella siempre responsabilizó a la policía municipal de Toluca porque fue los última que tuvo contacto con el joven.
El 15 de octubre del 2020 Rosalba y sus papás recibieron de la Fiscalía un cuerpo para ser sepultado, pero al solicitar los datos de la prueba de ADN se percataron que los restos correspondían a una persona de 35 años y con un peso de 100 kilos, cuando en realidad Cristian tenía 21 años al momento de su extravío y pesaba 63 kilos porque practicaba deporte, era delgado.
Tras una ardua batalla en juzgados y en los servicios periciales el Fiscal de Asuntos Especiales, Marco Valente, le llamó por teléfono a Rosalba Trinidad el 13 de enero para decirle que las nuevas pruebas de ADN salieron compatibles en un 99% con un cuerpo ubicado en instalaciones de Tenango del Valle.
El pasado 16 de febrero, Rosalba y su familia fueron citados en el panteón de San Diego Suchitepec, municipio de Villa Victoria, para recibir los restos y sepultar a su hermano, pero al abrir el féretro para darle el último adiós, se dieron cuenta que la caja sólo llevaba una extremidad superior y una pulsera de mujer, el resto del ataúd lo habían llenado con bolsas.
La hermana de Cristian llamó al Fiscal Marco Valente para exigirle una explicación y el funcionario de la FGJEM le dijo que los restos aún estaban en las instalaciones de Tenango, que esperara en el cementerio en lo que le llevaban el cuerpo de Cristian.
Tanto Rosalba como la familia del joven desaparecido decidieron ya no recibir ningún cuerpo más, exigieron a la Fiscalía de Justicia esclarecer qué sucedió con Cristian Marcelino y si en realidad está muerto que les entreguen el cuerpo que corresponde al enfermero, así como castigo a los responsables de su extravío empezando u2013dice la hermana- por los policías municipales.