La movilización de colectivas feministas en la marcha que efectuaron en la zona centro de la Ciudad de México, dejó como saldo 24 mujeres policías lesionadas, una trabajadora de la Secretaría de Gobierno, así como nueve civiles, entre ellos, cinco hombres y cuatro mujeres.
La marcha también dejó múltiples daños al mobiliario urbano y equipo táctico de oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Las 24 policías heridas por agresiones directas de encapuchadas, fueron atendidas por paramédicos y las más lastimadas recibieron atención médica especial.
Esta vez, las vallas instaladas por la dependencia en diferentes sitios históricos e inmuebles, impidieron con alta efectividad mayores daños, destrozos e incluso robos, como sucedió en otras movilizaciones.
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Se instalaron vallas metálicas de más de tres metros de altura, unidas de forma estratégica que impidieron que las manifestantes lograran vulnerarlas.
Por ejemplo las "murallas" metálicas que se instalaron en el Ángel de la Independencia, Monumento a la Revolución, Hemiciclo a Juárez, Palacio de Bellas Artes, Banco de México, Catedral Metropolitana y Palacio Nacional, fueron de suma utilidad, ya que impidieron el paso de las feministas.
Además, la protección que se instaló en hoteles, restaurantes, tiendas, cafeterías y otros establecimientos se consideraron de alta efectividad, ya que impidió la comisión de actos vandálicos.
En el recorrido de las colectivas feministas por paseo de la Reforma, Juárez, eje central Lázaro Cárdenas, 5 de mayo y Circuito Plaza de la Constitución, tuvo acompañamiento del grupo Ateneas de la SSC, el cual impidió agresiones a la ciudadanía.
En Palacio Nacional se desplegó otro numeroso grupo de policías de la SSC el cual resguardo con escudos acrílicos la fachada del inmueble, el cual también estuvo amurallado con instrumentos metálicos.
Si embargo, varias manifestantes cruzaron las vallas metálicas pero la línea y formación de policías anti motines impidieron que penetraran hacia la puerta mariana de la sede del Ejecutivo federal.
Aún con la explosión de cohetones, humo y polvo de extintores, no fue suficiente para hacer retroceder a los uniformados.