Un grupo de feministas que participan en la okupa de las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pretendieron marchar para exigir la despenalización del aborto, sin embargo, elementos de la policía de la Ciudad de México se los impidieron y éstas fueron encapsuladas por varias horas en el centro histórico de la capital.
A decir de Erika Martínez, activista y madre de una víctima de violencia feminicida, las activistas fueron agredidas por elementos femeninos de la policía y por algunos hombres de la corporación, quienes las retuvieron al llegar al Eje Central, cuando buscaban dirigirse a la Cámara de Diputados como parte de la acción global del 28s.
Las integrantes del conocido como Bloque Negro, fueron encapsuladas en la calle de Donceles, donde lograron quitar a los elementos varios escudos, un radio y cascos. La policía las roció con gas y ellas arremetían con bombas molotov, martillos y toletes para romper el cerco.
Después de al menos dos horas, lograron avanzar hacia las instalaciones de la Casa Refugio instalada en la CNDH, en donde fueron perseguidas por algunas policías, a quienes después corrieron del lugar con extintores y cuetes.
Finalmente repudiaron las agresiones de las que fueron objeto, argumentando, de acuerdo a la activista Erika Martínez, que la agresión de los elementos fue injustificada porque se trataba de una marcha pacífica e incluso responsabilizó a la corporación de amedrentar a las víctimas y familias que permanecen al interior con al menos diez menores con estas agresiones.