El Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico realizó el último diálogo del 2023 en Monterrey, Nuevo León, donde inició el trabajo de escucha pública a víctimas, sobrevivientes y familiares de personas cuyos derechos fueron violados gravemente en el periodo de violencia estatal de 1965 a 1990.
En el acto de apertura asistieron Alan García Campos, de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Onudh Mexico); Sofía Velasco Becerra, Directora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos A. C.; y las personas comisionadas: Eugenia Allier Montaño, Abel Barrera Hernández, Carlos A. Pérez Ricart y David Fernández Dávalos.
El recinto se vistió de memoria y resiliencia con algunas mantas y mensajes que se hicieron parte de las narrativas y testimonios que rindieron testigos y familiares de hechos violatorios de derechos humanos en la región en aquel periodo, cuyas voces reiteraron el vínculo que hay entre las luchas del pasado y las del presente, apuntó el mecanismo.
Te podría interesar
En este contexto se recuperaron los relatos de testigos como Genoveva Sánchez, Raymundo Hernández, Francisco Gabriel Salazar y Agustín Acosta, quienes aludieron a sus experiencias de represión, detención arbitraria en lugares como el penal Topo Chico. También se hizo memoria de la lucha obrera con las voces de Evaristo Hernández y Roberto Benavidez González, quienes narraron su trayectoria de resiliencia y trabajo en el Movimiento Sindical Ferrocarrilero y el Movimiento Espartaquista Revolucionario durante las décadas de los 70 y 80.
María de la Paz Quintanilla Vargas y Juan Aguado Franco contribuyeron a la verdad con sus testimonios en torno a su participación en el Grupo Los Procesos, el Movimiento Estudiantil Profesional (MEP) y la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S) en los 70.
Te podría interesar
Para cerrar el Diálogo, integrantes de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, rindieron un homenaje a Doña Rosario Ibarra de Piedra, madre de Jesús Piedra desaparecido en la década de los años 70, precursora de la exigencia de la aparición con vida no solo de su hijo sino de todas personas desaparecidas de esa época.
Se fue nombrando a cada una de las conocidas como “Las doñas” que conformaron el Comité Pro-Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México “Eureka”.