Muerte de Emiliano Zapata: la traición de quien un día le juró lealtad

El general Jesús María Guajardo, supo ganarse la confianza de Zapata, pues logró pasar con éxito una prueba de lealtad que solicitó el caudillo.

Zapata murió en una emboscada/Foto: Cuartoscuro
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Este 10 abril conmemoramos los 103 años de la muerte de Emilio Zapata, guerrillero que luchó por ‘Tierra y libertad’.

La muerte de este caudillo, que puso fin al movimiento zapatista, está enmarcada por una terrible historia de traición.

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El líder guerrillero de la Revolución Mexicana perdió su vida en manos de las tropas del coronel Jesús Guajardo.

 (Imagen ilustrativa) Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879/ Foto: Cuartoscuro
(Imagen ilustrativa) Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879/ Foto: Cuartoscuro

¿Quién traicionó a Emiliano Zapata?

El general Jesús María Guajardo, supo ganarse la confianza de Zapata, pues tiempo atrás había logrado pasar con éxito una prueba de lealtad que solicitó el caudillo.

¿Qué tenía que hacer? Para ser su aliado se le pidió el fusilamiento de 50 hombres que habían traicionado a Emiliano tiempo atrás al unirse al Ejército Constitucionalista.

Guajardo cumplió la encomienda y también otra misión: tomar la plaza principal de Jonacatepec. Al ganarse su confianza, Jesús Guajardo planeo con el general Emiliano Zapata una reunión en la Hacienda de Chinameca, en Morelos.

Lo anterior con la intención de entregar armamento y municiones para continuar la lucha; sin embargo, una Guajardo tenía otros planes.

Ex hacienda de San Juan Chinameca, donde el General Emiliano Zapata fue asesinado en una trampa que le tendió el coronel Jesús Guajardo hace 102 años. Aun se observan los impactos en las paredes de la entrada/Foto: Cuartoscuro
Ex hacienda de San Juan Chinameca, donde el General Emiliano Zapata fue asesinado en una trampa. Aun se observan los impactos en las paredes de la entrada/Foto: Cuartoscuro

Muerte de Emiliano Zapata

Emiliano Zapata cruzó la puerta de la Hacienda de Chinameca a espera de ver a su aliado.

El repique del llamado a levantar armas sonó, el caudillo de la Revolución Mexicana y sus acompañantes habían sido emboscados.

Rodeados por los enemigos que tenían tiradores en la azotea comenzaron a hacer uso de sus armas.

Zapata en el intentó de pelear trató de sacar su pistola, pero la bala del enemigo fue más veloz y 19 más se alojaron en el cuerpo del guerrero.

Luego, llegó el silencio el enemigo había abatido a aquellos 11 hombres que no tenían idea que la traición había llegado de un sus “aliados”.