Tras la muerte del papa Francisco, el sentimiento de duelo en Argentina se mezcla con una incógnita que ha acompañado a los fieles durante años: ¿por qué el primer papa latinoamericano nunca volvió a su país natal? A pesar de haber visitado 68 naciones durante su papado, su ausencia fue notoria y dolorosa para muchos.
El barrio de Flores, en Buenos Aires, donde Jorge Mario Bergoglio pasó su infancia y sintió por primera vez el llamado al sacerdocio, se convirtió en un punto de reunión para misas conmemorativas y expresiones de cariño. Pero también surgieron cuestionamientos sobre las razones detrás de su prolongada distancia física del país que lo vio nacer.
¿Por qué decidió no regresar?
Diversos analistas y miembros de la comunidad religiosa han señalado que una de las principales razones por las que Francisco evitó visitar Argentina fue su intención de mantenerse al margen de la política local.
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Aunque los presidentes en turno extendieron invitaciones formales durante más de una década, se especula que el pontífice prefirió no ser asociado con ningún sector político, ni permitir que su presencia fuera interpretada como respaldo a un gobierno específico.
Durante su trayectoria como arzobispo de Buenos Aires y posteriormente como papa, mantuvo relaciones complejas con varios mandatarios argentinos. Fue crítico con las políticas progresistas de algunos y también con medidas neoliberales adoptadas por otros.
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Incluso antes de asumir la presidencia, el actual mandatario, Javier Milei, emitió fuertes declaraciones contra Francisco, aunque más adelante moderó su postura y llegó a reunirse con él en el Vaticano.
Un vínculo que trascendió la distancia
A pesar de la falta de una visita oficial, desde el Vaticano, Francisco siguió de cerca la realidad argentina y mantuvo contacto con figuras de la Iglesia local.
Su legado en el país fue visible en obras sociales, programas de ayuda y testimonios de personas que fueron apoyadas por él durante su etapa como sacerdote y cardenal.
Durante los primeros años de su pontificado, el papa gozaba de una altísima aprobación en Argentina, que con el tiempo se fue moderando.
Aunque su ausencia física en Argentina generó dolor entre algunos sectores de la población, el legado del Papa Francisco espiritual y social permanece presente.