La magnitud de un sismo no solo se mide por los números, sino también por las emociones que desata. Así lo demostró una periodista turca que, en plena transmisión en vivo, fue sorprendida por el terremoto que sacudió Estambul este miércoles 23 de abril.
Mientras conducía un noticiero, la presentadora interrumpió de golpe su reporte al comenzar a percibir el movimiento. Sin perder el control pero visiblemente afectada, pidió con voz firme a su equipo que intentaran contactar a su madre.
El momento, registrado por las cámaras, rápidamente se volvió viral en redes sociales, donde miles de usuarios destacaron su humanidad y temple.
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“Llamen a mi mamá, por favor”
El sismo ocurrió a las 12:49 hora local (09:49 GMT) con una magnitud de 6.2, y tuvo su epicentro en el mar de Mármara, a unos 20 kilómetros del distrito de Silivri. La periodista, que transmitía desde un estudio en Estambul, apenas alcanzó a decir: “Esto es un sismo, por favor llamen a mi mamá”, mientras se preparaba para evacuar.
Lejos de ser un momento de debilidad, su reacción se volvió símbolo de empatía. “Es lo natural”, comentaron muchos usuarios en redes, destacando que, incluso en situaciones de alta responsabilidad como conducir un noticiero, lo humano siempre emerge.
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Más de 150 heridos
Según el gobernador de Estambul, Davut Gül, no se registraron víctimas mortales ni colapsos importantes de infraestructura. Sin embargo, 151 personas resultaron heridas al saltar de edificios presas del pánico. Ninguna se encuentra en estado grave.
La Dirección de Gestión de Emergencias de Turquía (AFAD) indicó que el sistema de servicios básicos, agua, gas, electricidad, funciona con normalidad. Solo se reportó la caída de un edificio abandonado en el distrito de Fatih, sin heridos.
Desde el primer movimiento, se han registrado cerca de 100 réplicas, la mayoría menores a magnitud 3, aunque siete superaron la 4. Estambul, con más de 16 millones de habitantes, se encuentra en una zona sísmica activa y, desde hace años, los expertos advierten sobre la posibilidad de un terremoto mayor.
El terremoto en Estambul dejó más que cifras: mostró también el rostro humano de quienes informan, como la periodista que, frente a las cámaras, recordó lo esencial.