VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Día Internacional de las Mujeres; las cataríes y el machismo en el Medio Oriente

Más allá de la cultura, las tradiciones y la idiosincrasia de este país, existe una violencia sistémica permanente que vulnera los derechos humanos de las mujeres en dicha región.

Las mujeres cataríes empiezan a romper las barreras de la discriminación.
Las mujeres cataríes empiezan a romper las barreras de la discriminación.Créditos: EFE
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Las realidades de las mujeres son muy diversas, ya que de esta depende del contexto, estatus social, país de origen, entre muchas cosas más, por ello, es que en el Día Internacional de las Mujeres, los ojos también deben de estar en el Medio Oriente con las cataríes.

Casarse, estudiar o salir del país son derechos que muchas mujeres cataríes no pueden ejercer sin el consentimiento de un hombre, aunque una nueva generación de mujeres se esfuerza por romper barreras, trata de eludir los límites impuestos por una cultura discriminatoria y convertirse en un motor del cambio económico y social del país.

El sistema de tutela masculina catarí obliga a las mujeres a obtener autorización de un varón (padres, hermanos o su marido, si está casada) para ejercer casi cualquier tipo de derechos fundamentales.

Tampoco pueden tomar decisiones sobre la vida de sus hijos o ejercer la custodia en caso de divorcio. Normas cuya aplicación depende de lo estricta que sea o no cada familia, por lo que el empuje de las mujeres y la apertura cultural es clave.

Las mujeres a las que no dejan ser mujeres

En el informe titulado “Todo lo que tengo que hacer está ligado a un hombre” Human Rights Watch (HRW) subraya cómo este modelo de tutela masculina en Catar no es un sistema legal claro sino una mezcla de leyes, políticas y prácticas en virtud de las cuales las mujeres adultas deben obtener el permiso de un tutor varón para realizar determinadas actividades.

Tampoco tienen capacidad de decisión sobre las mujeres (hasta cuatro, según la ley), con las que sus maridos pueden contraer matrimonio de manera simultánea.

Una vez casada, se puede considerar a la mujer “desobediente” si no obtiene el permiso de su esposo para trabajar o viajar, si abandona el hogar o se niega a mantener relaciones sexuales con él sin una razón “legítima”, apunta el informe.

Control inhumano que retrocede en los derechos y libertades

Unas normas que impone la propia Ley de Familia del país, que establece que la tutela termina cuando las personas cumplen 18 años, aunque en la práctica se aplique durante toda su vida dependiendo de cada situación.

Aunque la propia Constitución del país establece la igualdad ante la ley sin discriminación por razón de sexo, se trata de un modelo cultural que se aplica de facto.

Por otro lado, la falta de legislación sobre violencia doméstica deja a las mujeres desamparadas y expuestas a posibles abusos por parte de maridos o familiares.

“Las mujeres en Catar han derribado obstáculos y logrado importantes avances en áreas como la educación; sin embargo, aún tienen que enfrentarse a normas oficiales de tutela masculina que limitan su capacidad de llevar adelante vidas plenas, productivas e independientes”, señala Rothna Begum, investigadora de derechos de la mujer de HRW.