Nueva ley en Irán salvará a miles de presos 'del corredor de la muerte'

La nueva ley sobre tráfico y consumo de drogas, aprobada en octubre pasado por el Parlamento, limitarían la pena de muerte a capos de narcotráfico.

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Al menos cinco mil reclusos en “el corredor de la muerte” en Irán por tráfico de drogas, podrán escapar a la pena capital tras promulgarse una nueva ley que castiga el narcotráfico con menos severidad, por lo que el número de ejecuciones se reducirá, reportó hoy la prensa iraní.

La nueva ley sobre tráfico y consumo de drogas, aprobada en octubre pasado por el Parlamento, limitarían la pena de muerte a capos de narcotráfico, narcotraficantes armados y personas halladas culpables de contrabandear más de 50 kilogramos de opio, dos kilogramos de heroína y tres kilogramos de metanfetamina.

Con la anterior legislación, bastaban con cinco kilogramos de opio o 30 gramos de heroína para que alguien fuera sentenciada a muerte.

El jefe del poder judicial, el ayatolá Sadegh Larijani, exhortó a los jueces a aplicar retroactivamente una nueva ley sobre el tráfico y consumo de drogas más laxa que la anterior, aprobada por el Parlamento en agosto de 2017, según la agencia Mizanonline, dependiente de la judicatura.

Larijani exhortó a los jueces a “cesar inmediatamente la aplicación de la pena de muerte y volver a examinar los casos de los condenados en cuestión”, por lo que el número de ejecuciones en la república islámica se reducirá de manera considerable.

“Esta ley retroactiva aclarará la situación de unos cinco mil presos condenados a muerte por tráfico de drogas y cuya sentencia aún no se ha aplicado”, según la prensa iraní, que ve que la mayoría de ellos verá sus penas “conmutadas de 25 a 30 años de prisión”.

“Si la nueva ley se aplica apropiadamente, esta reforma salvará a cientos de condenados a muerte”, dijo Magdalena Mughrabi, vicedirectora de Amnistía Internacional (AI) para Medio Oriente.

Destacó que Irán ejecuta cada año a cientos de prisioneros, la mayoría de los cuales sentenciados por crímenes de drogas y de los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad iraní, incluidos afganos y miembros de las minorías religiosas.

Irán es el segundo país en el mundo, tras China, con el mayor número de prisioneros ejecutados en los últimos años, pues tan sólo 567 fueron llevados a la horca en 2017, la mayoría por crímenes relacionados con las drogas.