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Durante su colaboración en MVS Noticias con Manuel López San Martín, el analista político Ezra Shabot, lanzó una crítica contundente al proceso de "parlamento abierto" que acompaña la propuesta de crear una agencia de transformación digital en México. Según Shabot, más que un ejercicio democrático, este foro ha resultado ser una simulación sin efectos reales sobre el contenido de la iniciativa.
“Esto es un invento. Lo que Javier Corral está planteando es algo así como tratar de verle la cara a toda una serie de figuras o factores reales que se verían afectados por ese tipo de planteamientos”, expresó Shabot con firmeza, al cuestionar la legitimidad del diálogo promovido por el gobierno.
¿Qué implica la Ley de Telecomunicaciones?
La propuesta, impulsada desde el Ejecutivo, busca establecer una nueva agencia con atribuciones para regular contenidos digitales. Para el analista, esto implicaría que una sola figura —ni siquiera el titular del organismo, sino la propia presidenta— tendría la facultad de decidir qué se puede publicar o transmitir en redes y plataformas digitales.
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“Lo que importa es si finalmente esa agencia digital o de transformación digital tiene atribuciones para que una sola persona […] pueda decidir si lo que yo estoy diciendo ahora se puede transmitir o no, o lo puedo escribir en X o en cualquiera de las redes.”
Sus implicaciones internacionales
Shabot también hizo hincapié en las implicaciones legales y comerciales de este proyecto, que, según él, contradice lo establecido en el T-MEC respecto a la existencia de órganos autónomos que regulen las telecomunicaciones.
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“Estamos regresando básicamente a lo que era Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación, en donde te decían exactamente hasta dónde puedes llegar y hasta dónde no.”
La crítica va más allá del aspecto técnico. Para Shabot, la propuesta representa un abuso de poder que pone en peligro el derecho de la sociedad a disentir, sin importar quién esté en la presidencia.
“Aquí hay una línea muy muy clara en toda la estructura que lo que está haciendo es arrebatarle directamente a la propia sociedad el derecho a disentir.”
Incluso alertó sobre el intento de aprobar el proyecto durante un periodo festivo, cuando la atención pública podría haber estado dispersa: “Hoy quizá alguien intentó colar esto y que no se notara, que no se dieran cuenta, eran días entre santos y de pascua, a ver si nos sale.”
Por último, Ezra Shabot cuestionó la posible extensión del control gubernamental hacia las redes sociales, calificando la propuesta como una amenaza directa contra la libertad de expresión en el país:
“Convertirse en una especie de vigilante de plataformas y al mismo tiempo tener el control de todo lo demás, pues simplemente lo que te va a hacer es acabar, acabar total y absolutamente con la libertad de expresión.”