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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Óscar Balderas, periodista especializado en crimen organizado, reveló que los cárteles amenazan la honestidad de los buenos mexicanos.
“En México, como en la mayoría de los países, usamos cifras para tratar de dimensionar el horror”, contextualizó el periodista. “Contamos muertos, calculamos víctimas, medimos en hectáreas las fosas clandestinas y cuantificamos las pérdidas económicas que nos endosan los delincuentes”.
El reportero narró que tres expertos en Psicología Social de las universidades de Londres, Palermo y Southampton investigaron cómo es que las mafias modifican el comportamiento de los ciudadanos, especialmente de aquellos que dicen actuar conforme la ley y que no tienen nexos con delincuentes.
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Para hacerlo, se basaron en el Índice Global de Crimen Organizado para determinar la influencia de grupos delictivos en 83 países, México incluido.
“Esa influencia delictiva se combinó con los resultados de una encuesta global aplicada a más de 128 mil personas”, contó.
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Los resultados permitieron obtener dos variantes que miden cómo se comporta la gente ante los criminales: la confianza política y la honestidad cívica.
En el caso de la confianza política, “mide cuánta fiabilidad sienten las personas respecto a las instituciones: la policía, el servicio público, los partidos políticos, la procuración de justicia y el gobierno en general”.
Por otro lado, “la honestidad cívica es un índice que mide qué tan proclives son las personas a justificar cuatro acciones ilegales: aceptar un soborno, engañar en el pago de impuestos, entrar al transporte público sin pagar boleto y beneficiarse de un fraude”.
Los resultados de la investigación
El hallazgo general de los autores Giovanni Travaglino, Alberto Mirisola y Pascal Burgmer es que en países donde la inseguridad no está extendida ni normalizada, “los ciudadanos no pierden confianza política y, como consecuencia, no suelen justificar sus propios actos de corrupción”.
“Es decir, si una sociedad confía en que su gobierno, policía y fiscalías trabajan sin ligarse al crimen organizado, es más probable que obedezca las reglas sociales y las leyes, no por miedo a las consecuencias, sino por una convicción moral”, declaró el periodista.
Sin embargo, dijo que “lo novedoso es que la erosión de la honestidad ahora está medida por científicos sociales: la violencia no sólo acaba con vidas y desarrollo económico, sino que también mata silenciosamente la honestidad de la sociedad”.
Óscar Balderas especificó que, a nivel mundial, “México empata en esta deshonrosa medición con países con los que no quisiéramos compartir escaño: Nigeria, Kenia e Irán”.
“El crimen organizado juega un rol más importante de lo que creíamos en alterar las normas sociales y abollar la autoridad moral de las instituciones”, sentenció Óscar Balderas.