"Mostrar violencia en el cine por entretenimiento es inmoral", considera Iñárritu

El cineasta compartió su experiencia en una clase magistral en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas.

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El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, quien recibirá el Doctorado honoris causa de la UNAM, en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), consideró que mostrar la violencia en el cine solo por entretenimiento es inmoral.

Al compartir su experiencia como realizador durante una clase magistral en la ENAC, dijo que hay una atracción primitiva por poner la guerra y la violencia estilística en la pantalla grande, pero se debe de explorar su origen y consecuencias.

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"Somos violentos por naturaleza, no podemos negar ni reprimir la violencia. Hay que observarla, darle espacio para que tenga resonancia y no sólo sea un elemento de acción", indicó en el conversatorio con Fernanda Solórzano.

El realizador de “Amores perros” dijo que actualmente es un tema interesante y delicado que, si se tiene que abordar en una película se debe "observarla, darle su espacio, entender que tiene una resonancia y lo más importante es que si no se habla de una consecuencia, tanto para el que ejecuta como para la víctima es inmoral".

Iñárritu, quien confesó que una de sus grandes pasiones es la música, advirtió que en la actualidad hay una obsesión por la televisión y el contenido "on demand" y su influencia ha trastocado la esencia del cine.

"El cine tiene un tiempo, un espacio, es como ir a misa, pero en la televisión la demanda de consumo y atención es brutal para las nuevas generaciones. El cine está muy impactado por la televisión, tiene mucha influencia de esa narrativa y se está perdiendo esta sensación de sueño, la parte onírica del cine", puntualizó.

Para el ganador del Oscar en 2015 por “Birdman”, la influencia de la televisión y los contenidos de streaming ocasionan la pérdida del "proceso intelectual en el que sumerge el cine al espectador en una mentira, ahora el cine está imitando al formato de televisión que tiende a ilustrar un drama literario".

González Iñárritu, quien compartió sus experiencias y anécdotas con los alumnos de la ENAC, destacó la importancia de la "conciencia del director", que aprendió cuando estudió con el director de teatro, Ludwik Margules.

Señaló que el cine técnicamente no es un arte complicado, pero "hay una necesidad de una sabiduría interior que trascienda el conocimiento técnico. El cine como arte en sí, tiene evidentemente una gran responsabilidad, Ludwik me dio eso de la conciencia de dirigir y cuando tomé la batuta de un director me di cuenta de eso y me sentí muy limitado", comentó.

En ese sentido, indicó que, "si tú no llegas a un set más preparado que todo, con más conocimientos que todos los que saben ellos, si no sabes lo que hace una luz con un actor, estás perdido, eso es la conciencia del director".

Asimismo, recomendó a los estudiantes ser fieles con el filme que realicen, pues para poder dirigir es importante defender los recursos y la visión que tengan del proyecto, "no se puede traicionar a la película".

Asimismo, habló del poder de la edición de un filme, el cual "se puede hacer o deshacer en un cuarto de edición" y de la música en su cine, así como la elección del elenco en su filmografía.

Sobre el papel de las redes sociales y la prensa en la actualidad, Alejandro González Iñárritu opinó que el mundo cinematográfico ofrece un amplio abanico de posibilidades y percepciones que no se pueden resumir en un tuit.

En ese sentido, señaló que esos espacios han propiciado que se pierda el lenguaje de símbolos, el contacto con la naturaleza, y se ha resumido a "siete palabras en un cuadrito en donde todos saltan a una conclusión inmediata".

"Me parece lo más patético del universo, la vida hoy parece una ilusión óptica de pequeños fragmentos increíbles. Está bien que la obra, pueda promocionarse en una red social, pero no desviar la atención con la vida de un cineasta, es peligrosísimo que la vida se resuma en 200 caracteres", advirtió.