A través del arte, hacen historia niños discapacitados en México

Con la primera compañía teatral de chicos con síndrome de Down y parálisis cerebral los miembros del Club Especial Ayelem desarrollan sus habilidades artísticas y deportivas en distintos escenarios para manifestar su alegría y ganas de vivir. 

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Aunque tienen síndrome de Down, parálisis cerebral o autismo, los chicos del Club Especial Ayelem de Mérida, en el suroriental estado de Yucatán, son un ejemplo de lucha, perseverancia y entrega como demuestran en sus actividades artísticas y deportivas.

Lo mismo ganan una rutina en danza deportiva, un campeonato mundial de natación, una corona para reinar en el carnaval o decenas de aplausos con sus musicales.

“El 13 de septiembre cumpliremos nuestro 20 aniversario y festejaremos con más giras por Monterrey, Puebla y Guadalajara”, dice a Efe la directora del club, Nelly Cantón Méndez.

Sin falsa modestia, la maestra revela que los chicos de 18 a 48 años y su director teatral, Emilio Kantú, están haciendo historia “porque son la primera compañía teatral de chicos con síndrome de Down y parálisis cerebral que aprenden de memoria el parlamento”.

“Este es el noveno año que vamos a la Ciudad de México y fue muy especial, los chicos todavía tienen el grato sabor de boca que les dejó ver el teatro completamente lleno. Descubrimos que mucha gente se quedó afuera, pensaron que íbamos a repetir el espectáculo”, dice Cantón.

Recuerda que en 2008 decidió formar la Compañía Teatral Ayelem a insistencia de los hermanos Juan y Diego de la Rosa, quienes descubrieron el potencial artístico de los chicos del centro y debutaron con la obra “Misión fallida” y, desde entonces, le han seguido una docena.

“Los chicos descubrieron en el escenario una forma de manifestar su alegría, sus ganas de vivir, sus ansias y su vocación actoral; arriba se quitan los prejuicios y dejan entrever al público su gran corazón, pero sobre todo amistad que regalan a raudales”, indica Cantón, quien ve con admiración a los chicos que también trabajan en una fábrica de horchata.

Además, tienen amigos muy famosos, como Ricky Martí, Espinoza Paz, Margarita La Diosa de la Cumbia y actores de Televisa y TV Azteca, donde son invitados cada cierto tiempo para visitar los foros: “Cuando vamos los tratan como reyes”, relata.

Vivieron una emoción inolvidable el de 17 de marzo de 2012 durante el concierto de Espinoza Paz en Mérida: “el cantautor nos invitó a subir al escenario. Fue un momento sublime, sintieron el mismo cariño que les brindan los artistas de Yucatán cuando participan en los musicales”.

Nunca imaginó llegar tan lejos “cuando hace 20 años los padres de ocho niños y yo decidimos crear el Club Especial Ayelem, porque no había espacios ni actividades para los jóvenes con capacidades diferentes en el Estado”.

“Como crecía el número de integrantes y actividades nos fuimos al Parque Ecológico del Poniente (Mérida) para realizar juegos y proyectos de enseñanza” recuerda Nelly Cantón, cuya labor es loable, teniendo en cuenta que no tiene familiares con discapacidades.

Actualmente el club se ubica en el centro de Mérida, gracias a una madre que les brindó el inmueble para sus actividades de integración e inclusión social y motriz.

Gracias a ese programa, los chicos ganaron en 2009 ocho medallas de oro en danza deportiva y ese mismo año, uno de ellos obtuvo la Medalla Yucatán al Mérito Deportivo por su trayectoria en natación.

“Los chicos Ayelem son incansables, tenemos muchos proyectos y los lograremos gracias a los padres que tienen la misma meta: que sus hijos vivan a plenitud, ya que tener síndrome de Down, autismo o parálisis cerebral no supone un impedimento para trabajar ni disfrutar de la vida”, reitera Cantón. 

Cantón revela que ahora todas sus fuerzas se concentran en los musicales para recaudar recursos y crear el Centro Integral del Club Especial, cuya primera piedra se colocó el 21 de marzo de 2016, en el marco del Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down.

“No sabemos en cuánto tiempo, pero mientras cabalguemos al ritmo de Don Quijote de la Mancha, estoy segura que lo lograremos”.