Estadio Olímpico Universitario, Ciudad de México. 2 de febrero de 1961.
Fue el lugar y la fecha en la que se escribió una de las mayores epopeyas en la historia del fútbol mexicano, e indudablemente, la máxima en la historia necaxista. Necaxa, el Oro, el Guadalajara, Independiente de Argentina y Santos de Brasil se encontraban en la Ciudad de México para jugar un pentagonal.
Santos llegaba de una gira por Europa, donde jugó 20 partidos, de los cuales no perdió uno solo, con un equipo donde se exhibían Pepe, Coutinho, Zito y Pelé. Sin duda alguna, uno de los mejores equipos de la historia, del cual se dice que jugaba un fútbol tan puro, tan bueno, que era “fútbol que solo se jugaba en el cielo”.
Yo veía, cómo se movía, cómo brincaba, cómo se desmarcaba, cómo daba sus pases, cómo tiraba a gol. ¡Qué capacidad tan grande tenía para jugar fútbol!
– Jorge Morelos sobre Pelé.
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“¿Cuántos goles le meterá el Santos al Necaxa?” leían los jugadores la mañana del 2 de febrero, quienes se enfrentaban a un mito del fútbol, un equipo que hizo historia. De aquel equipo se sabía lo que se hablaba de él, pero en una época donde la televisión aún no tenía un impacto tan grande en el fútbol, ni le daba la difusión que hoy en día, Necaxa se preparó “a ciegas” para enfrentar a un gigante del balompié.
Necaxa saltó a la cancha con: Jorge Morelos; Héctor González Larrasolo, Pedro Dellacha, Pedro Romero, Tomás “Fumanchú” Reynoso; Reynaldo Giacomini, Alberto “Pato” Baeza, Alberto Evaristo; Dante Juárez, “Chatito” Ortiz y Agustín Peniche. Dirigidos por Donald Ross.
Santos alineó a: Laércio; Mauro, Ze Carlos, Dalmo; Zito, Calvet; Dorval, Mengálvio, Coutinho, Pelé y Pepe. Dirigidos por Lula.
El partido sería más de lo que cualquiera pudo haber esperado, eso se supo cuando con tan solo 2 minutos en el reloj, Dante Juárez abrió el marcador a favor del Necaxa, lo impensable estaba ocurriendo. Los “electricistas” demostraron que no era cuestión de suerte, cuando al minuto 11 Agustín Peniche se levantó para rematar el centro de Evaristo, y así ampliar la ventaja. Necaxa 2-0 Santos.
Pero el Santos… Santos era Santos, y tardó poco en reaccionar, 15 minutos tomaron en anotar su primer tanto de la noche. En una jugada en la que Pelé traza un pincelazo que recibe Pepe, quien coloca el esférico junto al poste, ahí donde Morelos no puede llegar. Descontaban los paulistas, 2-1.
Pelé comenzaba a afianzarse, se movía entre las filas necaxistas, y en una jugada donde la pelota queda suspendida en el aire, Coutinho se elevó para rematar a gol, 31 minutos y la ilusión rojiblanca parecía esfumarse, el juego se iba al medio tiempo con un Necaxa 2-2 Santos.
Pensábamos que habíamos hecho un gran papel.
Así es como Jorge Morelos describe el ambiente en el vestuario al medio tiempo. Habían tenido el juego en un puño, y Santos se lo estaba arrebatando.
Comenzó el segundo tiempo, a tan solo 6 minutos, Dante Juárez filtraba entre “los enviados de Dios” un pase magistral para el “Chato” Ortíz, quien colgaría el 3-2. Minutos después, de pronto sintió Santos que la noche sería larga, pero Necaxa también. Jorge Morelos salió a cortar un centro que iba dirigido a “O Rei“, en el salto, Dellacha habría impactado con Pelé, quien terminó golpeando la cabeza del goleiro. Morelos se encontraba tendido en el campo, conmocionado por el choque, pero “O Rei” se había luxado el hombro, no podría continuar el juego.
Aún sin su máxima figura, Santos se las arreglaría, Pepe logra engañar a Morelos para dejar la pelota a centímetros del gol, pero “Fumanchú” Reynoso taparía el arco con la mano. Penal. Morelos no pudo atajar la bola y Pepe fue el encargado de empatar el juego desde los once pasos.
El juego está en el aire, 3-3 dice la pizarra, pero es más que eso, es un gigante del fútbol enfrentándose a un equipo que estaba dejando el alma en la cancha. Pero el fútbol se gana con goles, y Necaxa los hizo.
En una jugada que se escribe con letras de oro, “Chatito” Ortiz toca para Alberto Baeza, conduce por la banda para centrar, la recepción es de Evaristo, retrasa el cuero para Dante, Dante tira… y anota. ¡Golazo!
Esta noche, Juárez no le ha quedado a deber a Pelé.
-Donald Ross
Hay registros de aquel gol al minuto 25 y al 34, el mismo Jorge Morelos lo recuerda sobre la hora. Lo único claro es que jugadores y afición estallaron en júbilo y la fiesta del fútbol no podía parar.
Santos trató de empatar el marcador, pero todo intento fue fútil. “Los 15 minutos del Necaxa” ya habían comenzado, el equipo juega a máximas revoluciones los minutos finales del encuentro. Esos minutos son del Necaxa y solo del Necaxa. Pepe gastaría su última bala en un tiro al arco sobre la hora, pero el marcador no se movió. Santos ya no era invencible.
Fue un partido lleno de enjundia, de fuerza, de ganas de ganar. Fue un partido extraordinario, el que vio ese partido, jamás lo olvidó.
-Jorge Morelos
Cuando el fútbol se veía en blanco y negro, el Necaxa se encargó de darle color a la noche, los jugadores salieron en hombros de aquel partido, el Estadio Olímpico Universitario acababa de formar parte de la historia, porque esa noche no fue un estadio, era un “manicomio gigantesco”.
Tiempo después, Giacomini presumía entre bromas, haber compartido tácticas con “el viejo” Ross, pues él ya se había enfrentado a Santos y le habría hecho recomendaciones para el juego.
A veces esas cosas pasan, cuando te toca jugar contra un equipo más grande que tú, te creces y juegas mejor.
– Jorge Morelos recuerda la victoria en el ’61.
Es así como 60 años después, Necaxa vs. Santos sigue siendo recordado como la máxima epopeya del fútbol mexicano. El 2 de febrero sigue siendo el día que Jorge Morelos, Héctor González Larrasolo, Pedro Dellacha, Pedro Romero, Tomás “Fumanchú” Reynoso, Reynaldo Giacomini, Alberto “Pato” Baeza, Alberto Evaristo, Dante Juárez, “Chatito” Ortiz y Agustín Peniche, dirigidos por Donaldo Ross; vencieron 4-3 a “los enviados por Dios”, al Santos de Pelé.
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